Después de 41 años, una película de terror se ha consolidado como una obra maestra, gracias en gran parte a la contribución de Kurt Russell
En los ochenta, surgieron clásicos del terror que perduran en la audiencia, pero una cinta en particular es imperdible.
A pesar de su estatus actual como obra maestra, en su estreno la película no obtuvo el reconocimiento esperado. Su recaudación de 20 millones de dólares, superando apenas su presupuesto de 15 millones, y las críticas adversas llevaron al director a ser apartado de futuros proyectos. Sin embargo, el tiempo favoreció a la cinta, gracias al magistral trabajo de Rob Bottin en los efectos especiales y maquillaje, así como a su inquietante desenlace.
Nos referimos a "The Thing", dirigida por John Carpenter, quien ya había cautivado al público con "Halloween" unos años antes. Carpenter supo aprovechar el entorno gélido de la Antártida para crear un ambiente de horror y asfixia. Pero el verdadero impacto recae en su desenlace, un enigma que aún perdura. La película sigue a un grupo de investigadores que, enfrentando una forma de vida alienígena, se ven sumidos en la paranoia debido a las condiciones extremas del lugar.
El aspecto más memorable es su final desconcertante. Tras el exterminio del equipo por parte del alienígena, solo quedan MacReady (Kurt Russell) y Childs (Keith David). La incertidumbre se instala al preguntarse cuál de los dos es el invasor alienígena. El corte abrupto a negro deja al espectador sin respuesta. Este giro se debe a la intervención del protagonista en el guion.
En una entrevista con Josh Horowitz en el podcast "Happy Sad Confused", Russell reveló cómo él y el director debatieron extensamente sobre el final, ahora disponible en Amazon Prime Video: "Intercambiamos ideas para el desenlace y fue una de esas cosas que a John le preocupaba: hacer una película que te lleva de vuelta al principio tras dos horas", compartió.
"Finalmente llegamos a un punto en el que estábamos probando cosas diferentes y recuerdo que propuse: '¿Qué tal esto?'. Lo intentamos y dije: 'John, creo que esto nos lleva al principio'. Creo que eso es todo. Lo único que podíamos hacer era terminar con '¿Por qué no nos sentamos aquí un rato y vemos qué pasa?' Eso funcionó". La decisión fue poco convencional para la época, pero logró resolver la trama satisfactoriamente, lo que incluso ha llevado a Carpenter a considerar una secuela, ya que, técnicamente, los personajes seguían con vida... ¿o no?
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