El mismo vocero de AHMSA, afirmó que las negociaciones que realizan con Villacero, Cargill y otros empresarios están ya muy cerca de finalizar
La situación de Altos Hornos parece no tener fin, y es que cada vez salen a la luz más problemas que la acerera tiene, sobre todo en el rubro económico. En esta ocasión reluce una deuda que tiene con el municipio de Monclova de dieciocho millones de pesos por concepto de impuesto predial el cual no se ha cubierto y se suma a los tantos miles de millones más que la empresa debe a diversos organismos y empresas. Ante esto, el alcalde Mario Dávila Delgado se pronunció y se dijo solidario con AHMSA por la situación por la que atraviesan, agregó que es una empresa que le ha dado mucho a la región y que su administración será paciente con el tema del cobro de estos impuestos, ya que se tiene un diálogo cercano y directo con la directiva de la acerera, quienes tienen la mejor disponibilidad de cubrir el adeudo una vez que pase la crisis.
Buen gesto del alcalde que prioriza el bienestar tanto de trabajadores como de pequeñas y medianas empresas que prestan sus servicios a la siderúrgica, así como de la región centro en general, aunque parece que AHMSA tapa un pozo para luego excavar otro en un ciclo sin fin que parece sólo tener solución una vez se inyecte el capital necesario por parte de las empresas interesadas en su compra, sin embargo, ese tema también está en pausa, y es que Altos Hornos no se venderá en estos días hasta que la figura del síndico, que el juzgado primero civil designó, acepte la encomienda. Él y sólo él tendrá el poder de concretar la transacción, pero hasta que eso no pase la agonía se prolongará por lo menos unas semanas más.
Tal parece que lejos de una maldición, las malas estrategias y malos manejos de los directivos han terminado por colapsar hasta el punto de no retorno a una de las empresas que históricamente han dado trabajo a toda una región, lo cual supone una lástima.
Aquellos años en que los sueldos, prestaciones y beneficios que la mayoría de los habitantes anhelaban han quedado atrás para dar paso a la incertidumbre del pago de la nómina y ahorro, al corte del servicio de transporte con que contaban quienes viven fuera de la ciudad, a los constantes paros de producción que por una u otra razón se suscitan, a los cortes de luz debidos a adeudos con la Comisión Federal de Electricidad, entre un interminable listado de carencias que nunca se creyó posible de una de las acereras más importantes de México y que hoy por hoy está al borde de la quiebra. Sin duda esta crisis que comenzó poco antes de iniciar la pandemia ha tenido con el Jesús en la boca a todo el centro de Coahuila y no es para menos; si bien la economía se ha diversificado lo suficiente a la par del crecimiento de la ciudad para que sea autosostenible, AHMSA sigue siendo uno de sus principales pulmones económicos y estar respirando a la mitad no es sano para nadie. Son millones y millones de pesos que, de pagarse, beneficiarían tanto al municipio, como a las empresas que llevan meses (si no es que años) esperando el tan anhelado flujo económico que casi se han resignado a perder por lo menos en el corto plazo, ya que aunque se llegue a un acuerdo de compra-venta, los pagos no se darán de un día para otro, hay que atender primero la infraestructura, las carencias y el equipo necesario para producir las cantidades de acero suficientes para sustentar nuevamente al gigante siderúrgico y entonces sí pasar a realizar los pagos pendientes de manera programada.
Los rumores ya son muy fuertes y el mismo vocero de AHMSA, Francisco Orduña, afirmó que las negociaciones que realizan con Villacero, Cargill y otros empresarios están ya muy cerca de finalizar, pero no se aventuró a decir cuándo se dará el anuncio y en qué esquema será. Y aunque por fin parece verse una luz al final del túnel, lo cierto es que aún falta por recorrer el camino que queda para llegar a ella y todo parece indicar que será a gatas entre vidrios y espinas. ¿No cree?
