¡Al pesebre… fieras!... Propina como chantaje emocional

¡Al pesebre… fieras!... Propina como chantaje emocional
Jorge Martínez / El Tiempo

Cada cierto tiempo en nuestro país, se hacen polémicas acerca del monto de propina que se debe o no dejar cuando se recibe un servicio. Por un lado, están quienes en afán de reclamar, publican fotos mostrando la cantidad “miserable” que dejan algunos comensales, digamos 50 pesos por una cuenta de 3000 pesos, o quienes son escandalosos y graban video negándose a dejar un monto adicional, por lo que hay que decir, no se tiene obligación en México.

Desde hace algunos años, la Profeco especifica que las propinas son una gratificación voluntaria y no debe ser incluída como un monto establecido al recibir la cuenta de consumo. 

Depende más del servicio recibido, que una obligación. No es lo mismo dejar un porcentaje en un restaurante donde te atienden en una mesa para dos, donde la estancia fuese una hora para ingerir alimentos en comparación de atender a un grupo de varias personas con sobremesa y todo durante varias horas, aunque el monto a pagar fuese similar. El asunto en ocasiones es que si no dejas propina, pareces un miserable sin sentimientos, aunque no siempre estés en condiciones para hacerlo y/o el servicio sea malo. Así, algunas veces te ves en una especie de chantaje emocional para dejar un monto adicional.

Argumentos a favor y en contra hay varios. Algunos toman como insulto si el monto es menor a un porcentaje, esgrimen argumentos tipo  “si no tiene dinero para venir, vaya a otro lado”, etcétera. Para quienes no acostumbran dejar una propina, argumentan que el ingreso del trabajador debería estar completamente cubierto por su empleador y no esperanzado a que la gente complete el ingreso. Los porcentajes aceptados en México varían entre 10 y 15% del consumo.

El problema es que en muchos establecimientos han normalizado las propinas como una parte del salario de los trabajadores, desde publicaciones para reclutar nuevo personal donde indican “buenos ingresos por propinas” y de algún modo tratando de sustituir bajos salarios y prestaciones. No sólo eso, sino que han sido documentados casos donde los encargados reclaman un porcentaje de dicho ingreso. 
Hace unas semanas circuló que en algunas máquinas de vending en EEUU, solicitan propinas por recibir un producto. ¿De verdad?

Ingreso a Universidades públicas

En estos días han habido diversas expresiones donde aspirantes a continuar una educación de nivel superior, han sido rechazados. Se habla que hay carreras donde entran menos de un 5% de los aspirantes a cursar. La UNAM recibe unos 170 mil solicitudes de aspirantes por año y rechaza a un 92%, siendo admitidos apenas unos 14 mil estudiantes. Parece escandaloso el hecho que se le impida a una persona su derecho a la educación, sin embargo, lo que no se dice mucho es sobre el proceso de admisión. De acuerdo al Instituto Kepler, el promedio de aciertos obtenidos en el examen de admisión en la máxima casa de estudios es de entre 53 y 63 aciertos de 120, esto en los últimos 10 años. Ahora bien, de la cantidad de aspirantes que presenta examen, sólo un 19% obtiene una calificación aprobatoria, quiere decir que en ciertas carreras, dependiendo de la disposición de lugares, admiten a alumnos que no cumplen con el requisito mínimo aprobatorio. Esto por supuesto es un problema, porque exhibe las carencias en la educación media, donde el alumno no es capaz de pasar pruebas estándares para acceder a una buena educación. No basta con hacer más lugares y universidades, sino que haya una mejor preparación.

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