Con la presentación de los nuevos teléfonos de Google y Apple, donde han dado han remarcado la capacidad de las cámaras que se incluyen, siguen revolucionando la fotografía digital. Lo cierto es que con un teléfono moderno es difícil que salgan fotos mal enfocadas, pero ahora incluyen algoritmos que mejoran una fotografía. Por ejemplo, ya hay modos para que todos los que salen en una foto grupal tengan su mejor versión, en términos simples, el teléfono toma muchas fotografías seguidas, detecta la mejor sonrisa/gesto y luego las agrupa, resultando una fotografía “editada” desde su origen.
Por supuesto que para los puristas de la fotografía, esto es hacer trampa. Además, desde hace algunos años los teléfonos son capaces de tomar fotos decentes con poquísima o escasa luz, algo que no se podía conseguir con cámaras fotográficas de gama media o baja, salvo las de sensor más grande y con lentes poco accesibles en cuanto a precio. Si partimos que la mejor cámara es la que traemos, hay espacio para las de celular, ya que es parte de nuestra vida cotidiana y siempre lo traemos en el bolsillo, si no directamente en la mano, todo el tiempo.
En los grupos de fotografía hay innumerables discusiones acerca de si la foto de celular debe considerarse fotografía, hay quienes argumentan que nunca se van a comparar a una reflex (otros que a una sin espejo y los más estrictos, a la película análoga). Lo cierto es que al final, aunque hasta ahora hay muchos automatismos (incluyendo las cámaras tope de gama) y que la creatividad está en quien hace el disparo, no dejan de ser comodidades para captar el momento que se busca. Otra frase lapidaria que se utiliza mucho es “no es la flecha, es el indio”. Eso tiene mucho sentido cuando en este caso, el fotógrafo, tiene suficiente experiencia y conocimiento, por supuesto que podrá hacer buenas fotos con lo que sea, por contraste, alguien con poca experiencia podrá utilizar la cámara más moderna y profesional del mercado y no dejará de tener un resultado mediocre. Así, en detrimento de quien se dedica de manera profesional a la fotografía, cada vez se requieren menos los servicios cotidianos, ya que para fines de documentar o tener un recuerdo, una selfie con el celular es suficiente. Queda por supuesto espacio para la fotografía profesional para medios que publican, para eventos de espectáculos o deportivos, donde no hay forma hasta ahora que un celular reemplace a un costoso equipo y lentes fotográficos, aunque en algunos casos cada vez se utilizan más fotografías generadas por inteligencia artificial, como las de comida y producto.
Con la fotografía cada vez más tocada por algoritmos, extrañaremos aquellas grupales donde alguien invariablemente salía con los ojos cerrados.
Apps “vampiro”
Hace unos días leía el editorial de Juan Villoro elsiglo.mx/n2240629 “Invitar al vampiro” donde hacía una analogía entre las aplicaciones de celular y el personaje de Bram Stoker, Drácula, acerca de cómo el vampiro nunca forza a sus víctimas a entrar a su castillo, sino que las personas entran por voluntad. “Nos sometemos a lo que nos gusta”, comenta. Las aplicaciones del teléfono saben muchas cosas de nosotros, pero no ha sido de forma obligada, nosotros les hemos dado todo. "No es él quien elige a sus víctimas, sino las víctimas quienes, consciente o inconscientemente, eligen al vampiro".
