El clima intenso propio del verano llega a provocar malestar, pero, a veces, con las altas temperaturas algunas personas pueden experimentar impulsividad.
Las altas temperaturas pueden llegar a causar incomodidad, pero, a veces se pueden experimentar impulsividad, mal humor e incluso agresividad. El motivo es la meteorosensibilidad, que consiste en la disposición psicosomática de la gente por alterar su estado anímico al cambiar las condiciones climáticas, especialmente al soportar temperaturas muy altas o muy bajas.
Respecto al porcentaje de casos, los estudios indican que entre el 15 % de hombre y 15 % de mujeres pueden verse afectadas por esta meteorosensibilidad. Aunque el psicólogo clínico, Mario Flores reconoce que a pesar de que no hay estudios concluyentes, sí se puede afirmar que las mujeres tienen un mayor riesgo a sufrirla, ya que tienen una mayor sensibilidad, por lo que el 30% de la población puede ser meteorosensible.
Síntomas. Las características más importantes son la dificultad de mantener la atención, un carácter más impulsivo, la impaciencia y el mal humor. Pudiendo llegar los pacientes en algún caso a ser más agresivos, hacia ellos mismos o hacia otras personas.
Por otra parte, en otoño e invierno le afectaría, sobre todo, la falta de horas de luz solar, que conlleva una disminución en la síntesis de la vitamina D.
La meteorosensibilidad es un síndrome que, en realidad, siempre ha existido, pero ahora hay más evidencia científica y estudios que corroboran que determinados fenómenos meteorológicos pueden afectar a la salud de algunas personas.
Prevención. Algunas de las alternativas para evitar sufrir problemas de salud por cambios climatéricos estar atento a la previsión meteorológica para poder anticiparse a esos cambios y, en la medida de lo posible, reducir el impacto que pueda tener en tu salud consultándolo con el médico o tomando las precauciones necesarias, pues en la actualidad es muy común presenciar los famosos golpes de calor.
