En el monitor de la máquina de rayos X no solo se visualizaban múltiples siluetas que parecían botellas de licor y copas de vino, sino también la figura de un gato que ocupaba la parte superior de la maleta.
Artilugios egipcios, objetos momificados, armas de fuego no autorizadas, elementos de colección y bebidas alcohólicas artesanales son solo algunos de los más extravagantes objetos que la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) en Estados Unidos han encontrado en las maletas de pasajeros en los aeropuertos, luego de pasar las maletas por la máquina de rayos X en su función de control diario.
Sin embargo, lo que no se imaginarían era que un gato vivo estuviera viajando camuflado dentro de una maleta facturada como si se trata de un par de zapatos más.
El pasado 16 de noviembre, los agentes de la TSA en el aeropuerto de JFK en Nueva York se llevaron una sorpresa cuando revisaron la maleta de un hombre que viajaba a Orlando, Florida.
Puesto que en un control más de rutina de equipaje, los agentes se percataron que en el monitor de la máquina de rayos X, no solo se lograban visualizar múltiples siluetas que parecían botellas de licor, unas copas de vino y algunos objetos personales como sandalias, sino también lo que parecía la figura de un gato que ocupaba toda la parte superior de la maleta.
Uno de los funcionarios de TSA abrió la valija para descartar que se tratara de un caso de maltrato animal. Pero resultó que la silueta sí correspondía a un gato real, que había sobrevivido varias horas dentro del estrecho equipaje, en el que incluso se le veía parte de su pelaje sobresaliendo entre las cremalleras.
“La maleta fue abierta por un empleado de la TSA, que se sorprendió al ver un gato naranja vivo dentro”, señaló la representante de la Administración para la Seguridad de Transporte, Lisa Farbstein, para el 'Washington Post'.
Quienes se aseguraron de que el animal estuviera totalmente sano.
Un descuido
Sin embargo, aunque a primera vista se pudiera pensar que la persona tomó de forma voluntaria el gato y lo metió en la maleta para evitar pagar costos adicionales por llevarlo consigo a bordo del avión, la TSA pudo confirmar que se trataba realmente de un descuido del tranquilo gato que buscó un lugar cómodo para darse una siesta y del hombre que no verificó su maleta antes de salir de casa.
Porque, según señaló Farbstein en otra entrevista para CNN, cuando contactaron al pasajero de Delta Air Lines para justificar lo que transportaba, el hombre señaló que "no era su gato, pertenecía a otra persona en su hogar".
Y al parecer el gato se había escabullido antes de que él cerrara su equipaje.
Aunque el gato pelirrojo no pudo darse sus vacaciones en el cálido clima de Florida para escapar a las bajas temperaturas de Nueva York, sí logró ser regresado sano y salvo a casa, porque lo más probable era que no hubiera podido sobrevivir si abordaba el vuelo.
