Mayo, el mes de los incendios

Mayo, el mes de los incendios
Miguel Villarello / El Tiempo Monclova

La afectación, hasta hoy supera las 4 mil 900 hectáreas en toda la entidad.

Mayo del 2022 será recordado como el mes de mayor afectación a los bosques que rodean a la zona metropolitana del Sureste de Coahuila, área que comprende los municipios de Saltillo, Arteaga, Ramos Arizpe y General Cepeda y sitios que se vieron afectados por cinco de los nueve incendios forestales suscitados en el mes.

La afectación, hasta hoy supera las 4 mil 900 hectáreas en toda la entidad, aunque las autoridades informan que en su mayoría es pastizal, matorral y materia inerte y muy poco arbolado adulto, a ello se suma el no poder cuantificar el daño económico ni el daño ocasionado a la fauna que rodea estos pulmones que brindan aire limpio y abastecen de agua a, por lo menos, un millón de habitantes que viven en Saltillo, Arteaga y General Cepeda.

Riesgo. Además de vislumbrar el riesgo que dos de estos incendios provocaron a la población aledaña al grado de evacuar algunas casas, otra constante fue que estos siniestros denotaron, por un lado, la falta de capacidad de respuesta de las autoridades estatales y municipales para la pronta atención a los incendios, no obstante que la población haya hecho los reportes a tiempo.

Otra circunstancia fue la falta de apoyo de la Federación para el combate del fuego, aunque en algunos incendios fue tardía, y una más fue que quedó en evidencia la inadecuada planeación para su combate ya que, no fue posible establecer el adecuado combate a la lumbre en los primeros momentos de que inició.

Ya que, de acuerdo con especialistas forestales, la pronta respuesta para la atención del siniestro, sin importar las dimensiones del fuego, es crucial para lograr un pronto control y liquidación de éste. En otras palabras, si se deja avanzar el fuego mientras se planea la estrategia de ataque, la quemazón avanzará hasta engrandecerse y terminar por salirse de control consumiendo muchísimas hectáreas de pastizal y arbolado, así como la vida de animales y personas que viven cerca de la zona.

En consecuencia, además de la afectación al ecosistema, tanto a la flora como a la fauna, además de resultar casi imposible cuantificar el quebranto económico, la rehabilitación de los bosques o serranías siniestradas tardaría por lo menos un ciento de años.

Es decir, tres generaciones hasta que crezcan los arbolitos y se conviertan en adultos frondosos o que el bosque afectado vuelva a estar en las condiciones como estaba antes de la conflagración. El primero de ellos se suscitó a principios de mayo, allá por el domingo 8, en El Huachicichil en Arteaga un poblado a casi 50 kilómetros de Saltillo por la carretera 57.

Derivado de tormentas eléctricas el incendio en dicho paraje inició la tarde del domingo y sigue sin control, fue la primera respuesta de la autoridad.

Incluso precisó que éste “se juntó con el fuego del paraje Jagüey, ambos en territorio de Arteaga, por lo que el daño al entorno ecológico es de más de 60 hectáreas consumidas”.

La fuente oficial continuó: No obstante, las labores de los cuerpos de brigadistas para tratar de controlar el siniestro y posterior liquidación se calculó que demorarían durante todo este día. Por la mañana el alcalde de Arteaga, Ramiro Durán García, a través de redes sociales precisó que dos helicópteros del Gobierno de Coahuila realizaban labores en dicha zona, uno con descargas de químicos retardantes sobre el fuego y otro para trasladar a los más de 20 brigadistas a la zona de combate de la lumbre.

Entonces para sofocarlo participaban brigadistas de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, Comisión Nacional Forestal, Municipio de Arteaga, Comisión Nacional de Áreas Protegidas, Profauna, San Javier, Brigadas Ejidales, Ejército Mexicano, Amigos de la Sierra y voluntarios.

Entonces también ambos siniestros habían acabado con fauna y flora compuesta de matorral y pastizal, aunque muy poco arbolado, el control apenas llegaba al 5 por ciento y la liquidación al 2 por ciento.

Daños. Siempre se presentan los incendios forestales, un día sí y el otro también, se quejó semanas antes, en marzo, la secretaria del Medio Ambiente estatal Eglantina Canales Gutiérrez.

Pues afirmó que, en cuanto a la temporada de incendios “ya no existe como tal, ahora sí que inicia el primero de enero y acaba el 31 de diciembre de cada año”.

“Ya no hay una temporada, pero sí existe una temporada más fuerte de eventos desafortunadamente que es el inicio de la primavera, prácticamente ya, y termina hasta que se generalice la temporada de lluvias si es que hay temporada de lluvias”, añadió.

Tres grandes conflagraciones que se recuerdan son La Pinalosa, Puerto México y en Múzquiz, en La Pinalosa el fuego arrasó con más de 3 mil hectáreas de bosque en Arteaga en 2021, el de Puerto México hace unos 10 años arrasó con más de mil 200 hectáreas de pastizal y arbolado también en Arteaga, mientras que el incendio en la sierra de Múzquiz consumió miles de hectáreas en 2011 aproximadamente.

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