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Los demonios de Carrie Fisher y el verdadero “lado oscuro” con que debió luchar la princesa Leia

Los demonios de Carrie Fisher y el verdadero “lado oscuro” con que debió luchar la princesa Leia
AGENCIAS / EL TIEMPO
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Tal vez en la saga de Star Wars el destino de la Princesa Leia fuera morir en el espacio exterior, pero es algo que nunca se sabrá porque en la vida real Carrie Fisher –es decir, la princesa– sufrió la descompensación que la llevó a la muerte en el más de cabotaje cielo terrestre, durante un vuelo que la llevaba desde Londres a Los Ángeles.

Según el primer informe, la descompensación fue un infarto que sufrió dentro del avión el 23 de diciembre de 2016 y que terminaría con su vida cuatro días después, el 27, a los 60 años, en el Hospital Ronald Reagan de la capital mundial del cine.

Eso dijeron los medios al dar la noticia de su muerte, pero después la autopsia –cuyos resultados demoraron seis meses en ser difundidos– diría otra cosa: Carrie Fisher había muerto a causa de una “apnea del sueño”, es decir que no pudo respirar mientras dormía, y en su sangre se encontraron restos de cocaína y otras drogas.

La foto tomada en diciembre de 2015 muestrea a Carrie Fisher en la primer europea de "Star Wars: The Force Awakens" . UN año después, la autopsia diría que había muerto a causa de una “apnea del sueño” y en su sangre se encontraron restos de cocaína y otras droga (AFP/ LEON NEAL)

Porque así como en la ficción su personaje luchaba contra los enemigos del “lado oscuro” de la galaxia, en la vida cotidiana la actriz enfrentaba a su propio lado oscuro, el de las adicciones.

Esa lucha también la llevaba a cabo como una princesa, porque para los parámetros de Hollywood, Carrie Fisher había nacido el 21 de octubre de 1956 como princesa, hija de dos de las estrellas más brillantes que reinaban en el cielo de Hollywood de la década de los ‘50.

Su madre, Debbie Reynolds era una actriz y cantante consagrada, que cuatro años antes del nacimiento de Carrie, había llegado al punto más alto de su carrera con su papel en Cantando bajo la lluvia.

Carrie dedicó gran parte de su vida a que el peso de la sombra –o del brillo– de Debbie la aplastara, en medio de una relación conflictiva que las llevó a no tratarse durante años, aunque finalmente se reconciliaran.

Carrie dedicó gran parte de su vida a que el peso de la sombra –o del brillo– de su madre Debbie Reynolds no la aplastara, en medio de una relación conflictiva que las llevó a no tratarse durante años, aunque finalmente se reconciliaran (EUTERS/Mike Blake)

Su padre, el cantante Eddie Fisher, vendía millones de discos que siempre figuraban en el top ten y tenía su propio show televisivo, un éxito llamado Coke Time with Eddie Fisher, en la cadena NBC.

La relación de Carrie con Eddie tampoco había sido fácil desde bien temprano, cuando el cantante exitoso y millonario decidió abandonar a Debbie y a su pequeña hija de dos años para irse a vivir con Elisabeth Taylor, en una mansión hollywoodense ubicada a menos de quinientos metros pero que para Carrie estaba a años luz de distancia.

Para sobrevivir al peso de semejantes padres, además del lado oscuro de las adicciones en las que cayó desde temprano, Carrie tuvo también su lado luminoso: hizo su propia carrera como actriz, escribió novelas y libros autobiográficos sin anestesia y, sobre todo, se refugió en la ironía y el sarcasmo.

“Soy el resultado trágico del incesto de los Ángeles. Eso es lo que sucede cuando dos celebridades se reproducen. Voy a hacerme fumigar el ADN”, escribió alguna vez.

Al contar el romance de su padre con Elizabeth Taylor no fue menos mordaz: “Ella estaba desconsolada y él primero le dio un pañuelo, luego le regaló unas flores y al final la consoló con su pene”, dijo.

Contradicción estelar

Carrie Fisher dijo más de una vez que habría querido ser cualquier otra cosa antes que actriz, pero que no pudo escapar de la telaraña estelar en la que la atraparon sus padres. Por eso, casi como un desafío, a los 17 años, en 1973, se inscribió en la Central School of Speech and Drama de Londres.

Quería hacer teatro y no cine, pero su primer trabajo fue un videoclip de You’re sixteen, una canción del beatle Ringo Starr y siguió con pequeñas apariciones en un par de películas protagonizadas por su madre. También la acompañó –casi como un desafío– en Irene, un musical de Broadway encabezado por Debbie.

Su primera aparición cinematográfica de importancia la tuvo en 1975, como actriz secundaria en Shampoo, la película de Hal Ashby protagonizada por Warren Beatty, donde encarnó a la hija sexualmente liberada de uno de los clientes de la peluquería que termina seduciendo al peluquero.

Esa aparición de Carrie también fue un golpe para Debbie, que pretendía un papel estelar en la película y terminó encarnando a la hermana pelirroja de Warren Beatty. El papel estelar se lo dieron a Shirley Mac Laine.

En el set madre e hija casi no se hablaron y después Debbie descargó su frustración con su rival Shirley.

Cuando ese año, Mac Laine perdió el Oscar a la mejor actriz frente a Meryl Streep dijo en una entrevista: “Si yo hubiera hecho el papel me habrían dado el Oscar, ¡seguro! pero esos estúpidos se lo dieron a la vieja Shirley. ¡Que se jodan!”.

Y como al pasar le pegó también a Carrie: “Y jodete vos también, por desagradecida”, le dijo a través de la nota.

 

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