'La satisfacción de dar es lo mejor, te da mucha paz'
La doctora Marisol Guajardo, es reconocida médico internista en Piedras Negras gracias a la labor que ha venido realizando en favor de familias de gran vulnerabilidad en esta ciudad, donde entrega alimentos, ropa, medicamentos y se encarga de brindar momentos de alegría en fechas importantes.
Buenas tardes, doctora, ¿Cuéntenos cómo es que decidió estudiar esta noble carrera? "Pues desde niña siempre me gusto y siempre me visualice de doctora incluso de enfermera, de hecho, algo raro en ese tiempo es que mi hermano, el mayor que es médico, le tenía yo pavor porque pensaba que me iba a inyectar, pero no hizo que me dejara de gustar y se me concedió".
Antes las mujeres no tenían esa misma apertura en las carreras, ¿Fue difícil? "Lo fue por dos razones, primero porque mis padres eran de los que pensaban que una mujer no debía estudiar fuera, sola, por lo que ellos se fueron conmigo y me ayudo a poder estudiar y, por otro lado, en la carrera éramos muy pocas mujeres, el setenta por ciento eran hombres".
¿Cuándo comenzó a ejercer la carrera hubo algo que le causara decepción? "La verdad no, nunca, siempre me ha gustado mucho, sobre todo ayudar a la gente, servirles, estar en contacto con ellos, ejercerla ha sido para mí muy fácil por la pasión que le tengo".
¿Alguna experiencia que le haya dejado huella? "Son muchas, y son vivencias algunos muy tristes, que en muchas circunstancias piensas que se pudieron prevenir, pero algo que recuerdo mucho, es cuando estuve en Santiago Escuintla, Nayarit, ahí estuve ejerciendo el año de campo y me toco un desborde del río Lerma Santiago, que fue muy difícil, pues el director no tenía mucho humanismo y era algo misógino y tuvimos que trasladarnos en canoa, sin servicios de agua en el Hospital durante una semana, siendo una experiencia muy dura, pero satisfactoria por el servicio que di ayudando a la gente y vez el agradecimiento de la gente y es todo".
¿Y aquí en Piedras Negras, cuando ya se estableció como médico? "Aquí fue cuando llegue a mi primer consultorio, ahí me empezaron a inscribir desde cero, empecé el consultorio de cero y me advirtieron que iba a bajar la consulta, pero atendía hasta 35 personas diarias, nunca me cansé y trate de ver a todos los que podía, apoyarlos".
¿Es real el mito de que los doctores se vuelven fríos? "En mi caso no, tuve muchos casos muy tristes, ves morir a gente joven, niños, es muy difícil, lloré muchas veces con los pacientes, pues piensas que puede ser un familiar tuyo, cuando a uno le gusta lo que hace y eres humanista el dolor del ser humano te llega y más tratándose de gente que dices no debió haber fallecido, te haces miles de preguntas".
La gente piensa que la carrera de medicina es muy absorbente, ¿Cómo lidio usted con ello? "No fue tan difícil por el hecho de que era la hija menor y tenía todo el tiempo para dedicarme a la carrera, que si es absorbente, pero la realidad es que si quieres salir bien de la carrera, aprender, dedicarle el tiempo tienes que dejar a un lado muchas cosas, implica sacrificios, pero si te gusta la carrera, la que sea, no te va a doler, si no estás seguro de que te apasiona mejor ni meterse porque si son muchos sacrificios, pero te deja muchas satisfacciones en mi caso no, tuve muchos casos muy tristes".
A lo largo de estos años, usted se ha dedicado a apoyar a muchas personas, ¿Qué le deja poder hacer esto, sobre todo en personas que tienen una gran vulnerabilidad? "Apoyo en la medida que puedo, busco como hacerlo, la satisfacción de dar es la mejor, te deja una paz, tranquilidad y alegría de poder apoyar a gente que más lo necesita".
