Entre el público asistente se encontraban numerosos diplomáticos extranjeros.
Kigali,- El presidente de Ruanda, Paul Kagame, censuró este jueves, cuando se cumplen 28 años del genocidio ruandés contra los tutsis, a los "grandes países" que nunca actuaron para detener la matanza y ahora critican la ausencia de libertad de expresión en el pequeño país africano.
"Algunos de esos países son grandes, pero no tienen lecciones que enseñar a nadie porque son parte de la historia que provocó la muerte de más de un millón de nuestros conciudadanos. Ellos son la causa", afirmó Kagame en un evento conmemorativo del 28 aniversario del inicio del genocidio.
El presidente ruandés hizo así una crítica velada a las políticas divisorias de la administraciones coloniales alemana y belga, que originaron los discursos de odio que, con el paso del tiempo, también motivaron el horror de 1994.
Según el mandatario, los países occidentales acusan a Ruanda de limitar la libertad de expresión de los ciudadanos para encubrir sus propias eficiencias y especialmente por no haber actuado cuando los ruandeses esperaban un rescate.
Además, Kagame acusó a Occidente de negar a Ruanda espacios mediáticos para poder defenderse de las críticas de los grupos pro derechos humanos, que acusaron a su Gobierno de reducir el espacio político de sus opositores y perseguir a todos sus críticos.
El presidente de Ruanda hizo este discurso en el Memorial del Genocidio de Kigali, donde están enterradas más de 250.000 personas que fueron asesinadas durante las masacres de 1994.
Entre el público asistente se encontraban numerosos diplomáticos extranjeros.
"Los perdonamos. Algunos de ellos todavía viven en sus casas, en sus pueblos. Otros están en el Gobierno o tienen negocios", añadió el presidente.
Desde finales del siglo XIX, el Gobierno colonial alemán y más tarde el belga separaron a la población en dos grupos cerrados: los tutsis, que representaban al 14 % de la población, y la mayoría hutu.
Las tensiones entre esos dos grupos, que dependiendo de cada momento de su historia tuvieron más o menos privilegios gracias a la marginación o explotación del otro, originaron una guerra civil entre el Gobierno prohutu ruandés y los rebeldes del Frente Patriótico Ruandés (FPR), dirigido por Kagame.
La noche del 6 de abril de 1994, el derribo del avión en el que viajaban los entonces presidentes ruandés, Juvénal Habyarimana, y de Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, causó la muerte de ambos y supuso el detonante del genocidio contra los tutsis.
Al menos 800.000 personas murieron en unos cien días en el que se considera uno de los peores genocidios de la historia reciente de la humanidad.
