En el marco de la publicación de su libro I’m Glad My Mom Died (Me alegra que mi mamá haya muerto), Jennette McCurdy se ha sincerado sobre diversos temas, como la relación tóxica con su madre; sin embargo, también ha hablado de su relación con Miranda Cosgrove, con quien su mamá no quería que se juntara por no creer en Dios.
En su libro, que ha causado sensación por sus revelaciones, McCurdy detalló sus primeras impresiones sobre Miranda, a quien reconoció como una chica genial y agradable, impresión que incrementó cuando Cosgrove le envió a su casa una canasta de regalo con dulces y una tarjeta de 100 dólares. “Me sentía sorprendida de que otra niña actriz fuera tan linda conmigo”, reveló Jennette. Miranda y Jennette comenzaron a formar una amistad, pero quien no estuvo de acuerdo con ello fue la mamá de McCurdy. Ella intento prohibírselo, debido a que Cosgrove no creía en Dios. “En el set, Miranda decía palabrotas como ‘mierda’ y ‘trasero’, y decía el nombre de Dios en vano al menos cincuenta veces al día. Mamá me advirtió que no me acercara a Miranda porque no cree en Dios”, contó Jennette, quien fue educada bajo la religión mormona.
Pese a la insistencia de la mamá de McCurdy, conforme grababan la serie y los años pasaron, su relación se fortaleció más, por lo que la joven ha asegurado que su conexión con Miranda es “diferente y especial”.
Jennette también aseguró que, tras la conclusión del progama iCarly, tenía el temor de que su amistad terminara, pero eso no fue así, e incluso, por esos años salían tres o cuatro veces a la semana, además hacían pijamadas.
El vínculo entre Jennette y Miranda se volvió tan estrecho que McCurdy terminó por sincerarse sobre sus problemas de salud alimenticia, encontrando en Cosgrove un gran apoyo.
