Es muy difícil que estén con vida los 10 mineros, no hay manera de sobrevivir con tanta agua, dijo exminero de Palaú.
La iglesia envió un mensaje de esperanza a las familias de los mineros atrapados en una mina de carbón en Sabinas.
El diacono Octavio Carranza exigió a 12 días del accidente establecer medidas de seguridad más extremas y nuevas leyes que regulen este tipo de explotaciones que de repente aparecen en medio en la informalidad.
“Al final de cuentas solo nos queda rogar a Dios por la vida de esas personas. Sí salen vivos agradecer a Dios, y si no hay la manera de rescatarlos que esto nos sirva de lección para no volver a caer en las mismas equivocaciones, en los mismos errores”, dijo en entrevista para El Tiempo al concluir la homilía del domingo en la parroquia Santiago Apóstol.
El diacono indicó que, es fundamental el acompañamiento a las familias en una situación difícil. “Nada más pongámonos en la desesperación de ellos de no saber siquiera dónde están, cómo están si están o no están. Esto es algo parecido a un sentimiento de un desaparecido o secuestrado donde te quedas en el limbo”.
Herida. El diacono dijo dedicarse a la tanatología, hablar con familiares y amigos sobre la muerte de un ser querido para poder comprender su partida.
“Créeme que en los procesos de duelo son muy complicadísimos, en el caso de los mineros atrapados se pueden comparar con una persona desparecida o secuestrados, no se tiene una especie de finalización, siempre queda la herida para siempre”.
Juan Antonio Castillo Leija, exminero de Palaú, quien trabajó en la Mina MIMOSA 2, a más de 200 metros de profundidad, dijo que por experiencia en las minas es muy difícil que los mineros estén con vida, y que no todo es responsabilidad del gobierno quien ha tratado en rescatarlos.
Sabinas. “Yo trabajé en las minas, mis hermanos y toda mi familia. Cuando laboraba veíamos como se filtraba el agua por el techo de la mina por la cercanía que se tienen con el rio Sabinas. Siempre ha sido así”.
Es muy triste la vida de un minero, hacíamos cuevitas en las paredes para comer y hacer nuestras necesidades fisiológicas, agregó el ex minero de Palaú. “Probablemente ya no estén vivos porque sigue llegando el agua. Adentro no hay de que alimentarse. Esta desgracia ya pasó y seguirá pasando tragedias porque la secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) no revisa, ni hace su trabajo. Soy de Nueva Rosita y conosco histórias".
