No está atravesando un buen momento de resultados el Girona. Los de Michel acumulan ya seis choques sin ganar y eso se nota en las piernas y en las cabezas. Lo intentaron pero chocaron con un equipo muy serio como es el Osasuna de Arrasate. Los rojillos siguen mirando hacia Europa tras lograr otro punto a domicilio. Seguro que ninguno de los dos conjuntos se fue contento con el punto, seguro que ninguno se fue triste del todo con el punto.
Dos estilos de juego muy marcados se dieron cita en Motilivi. Osasuna entendió el partido desde la paciencia. Los rojillos intentaron dominar con la pelota y someter así a un Girona que era todo lo contrario, un equipo muy vertical. La lesión de Abde nada más arrancar el choque cambió los planes de Arrasate. La entrada de Kike Barja a la postre sería clave. Menudo golazo se sacó de la chistera el futbolista rojillo. Se ponía por delante el Osasuna y apretaban los nervios al Girona.
Poco antes del descanso, una falta de Torró regaló al Girona una última oportunidad de hacer daño. Dicho y hecho. Balón al área y en la segunda acción David López llevaba el empate al marcador. Era lo más justo viendo la primera mitad. Las tablas al descanso dejaban todo por decidir.
La segunda mitad empezó con un Girona mucho más metido en el campo del Osasuna. Poco a poco los de Michel se iban sintiendo más cómodos y los cambios ayudaron a ello. Riquelme y Valery hacían daño por ambos costados. Fue entonces cuando la mano de Arrasate equilibró el partido. Osasuna comenzó a recuperar el pulso al choque y acercar el peligro al área local. Pocas ocasiones en este tramo, dos equipos sin ganas de perder ese punto. Pudo ser Stuani el que cambiase el encuentro en la última acción del mismo. El uruguayo había salido pocos minutos antes pero Sergio Herrera le ganó la partida. Seguro que ninguno de los dos equipos se fue contento, seguro que ninguno se fue del todo triste.