Encuadres... Del júbilo a la preocupación

“Si no tienes un amigo con COVID-19, no tienes amigos”. Pareciera un chiste cualquiera de las  redes sociales, pero esta ocasión, se llama realidad.

Los tiempos esperados por la mayoría concluyeron. En palabras comunes, llegó a su fin el “Maratón Guadalupe Reyes”. Y aunque ya se intuía un impacto sanitario negativo como saldo, parece haber sido más de lo previsto. Al menos en mis círculos cercanos, nos ha dejado pasmados.

Escuelas, oficinas, asociaciones, familias enteras enfrentamos ahora una nueva oleada de la pandemia por COVID-19 que, en palabras de Roberto Bernal, secretario de Salud en Coahuila, era difícil que escapáramos de ella.

"No nos vamos escapar de la oleada mundial", dijo el funcionario particularmente tras la llegada de la nueva variante de COVID-19: Ómicron. Bernal indicó además que solo se han confirmado tres casos, pero debe haber más en la entidad.

Ómicron, la más reciente variante de preocupación del SARS-COV-2 ha producido risas entre quienes incluso hacen alusión a los Transformers por su peculiar nombre, pero a la par ha generado alarma porque parece estar demostrando que no estábamos del todo en lo cierto cuando decíamos que, aunque la pandemia no ha terminado, sabemos ahora mejor cómo manejarla.

A las fiestas y estas nuevas variantes, especialmente Delta y Ómicron y su ahora combinación en la “Deltacron” detectada en Chipre, se ha sumado la temporada invernal, el virus de la gripe y la Influenza como detonantes de un pánico social que ha derivado en laboratorios al tope o largas filas en consultorios lo mismo públicos que privados para descartar ser un positivo ante cualquier indicio de síntoma.

Aquí cabe señalar que la calma y la prudencia son necesarias. Tanto por salud mental ligada a la física, como por una forma de apoyo a un sistema de salud que no está preparado para un colapso innecesario. Es cierto que estamos en picos máximos de la pandemia. Para muestra, recordar que el sábado pasado Coahuila superó por primera vez los mil positivos contabilizados en un solo día y lo mismo ocurrió a nivel nacional, con un nuevo récord diario de contagios con 30,671 casos, superando la “marca” anterior de 28,953 nuevos detectados registrados en un solo día, que se dio el 18 de agosto de 2021, la misma jornada en la que se alcanzó la mayor cifra de muertes de la tercera ola, con 940.

Sin embargo, también hay buenas noticias, pues la cifra de nuevos contagios no se ha visto reflejada en las hospitalizaciones, que apenas llegan al 15 % de los casos. Esta cantidad es, para las autoridades sanitarias, la mejor prueba de que la campaña de vacunación ha sido un éxito, aunque esté lejos del avance deseado. Por supuesto, aquí es cuestión de comparativas nacionales e internacionales, así como de evaluaciones de gestiones sanitarias. El SARS-COV-2 nos ha demostrado que en la ciencia no existe campo para variables inexactas, que los tratamientos, procedimientos y decisiones tienen una forma clara de medirse y una manera fría de analizarse en su impacto. ¿Qué nos toca a nosotros? Lo dicho antes, ser responsables y prudentes. Sea cual sea nuestra posición respecto al manejo de la pandemia, la ciencia determinará al final qué fue lo correcto y dónde hubo fallas. Nosotros, los de a pie, debemos actuar por propia motivación más que por coacción. Tal vez así, aunque ahora hayamos pasado del júbilo a la preocupación, pronto podamos estar tranquilos nuevamente.

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