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VICTIMAS DE LA INFLACIÓN

Lectores, no es la intención otra más que la responsabilidad periodística, pero nuevamente debo escribir reflexivo y motivado por la introspección.

Este fin de semana, en un plan familiar de cine y tiempo en casa, tuve una parada rutinaria por la dulcería, pero lo que vi, aunque no es del todo una novedad por ser parte de una propia rutina millonaria, sí ahonda la necesidad de hablar más realmente de las noticias y el periodismo.

A días de publicarse una nueva cifra, debo volver a citar la economía y los datos actuales de la inflación.

A nivel nacional, el valor porcentual del aumento de precios al corte de septiembre fue de 8.70 por ciento, de acuerdo con el Inegi, similar a la quincena inmediata anterior en términos generales, pero con una constante represiva en el índice referente a los costos de los alimentos.

En la ciudad lagunera de Torreón, donde este autor recita, el porcentaje fue de 10.2%, por encima de la media nacional, mientras que en la Región Centro, muestreando al municipio de Monclova, la cifra también fue superior a la de todo el país en promedio, con un 8.83%.

Debo acotar antes de continuar que los azares del destino y el quehacer propio del periodismo me han llevado a interesarme en serio por cada actualización de estas cifras.

Pero, debo decir también que la realidad que nos incluye a todos, han derivado en que las comprenda.

Retomando mi relato inicial, en la dulcería enclavada en una calle cualquiera, la punta de la fila era comandada por una familia tradicional, de unos 5 o 7 habitantes.

Lo crudo, es que su vida tradicional es tan común hoy en día que redunda en lo insano.

Para no extender en detalles innecesarios, basta señalar que padre y madre debieron regresar varios productos antes de encontrar el que más se adaptara a sus posibilidades, mientras que los hijos tuvieron de antemano que hacerse a la idea de la adaptación impuesta.

Pido disculpas si mis citados azares del destino llegan a esa familia, y pido disculpas también a quienes puedan sentirse aludidos. 

No es la intención otra más que exponer con preocupación el impacto compartido no solo entre monclovenses y laguneros, sino entre todos los ciudadanos mexicanos.

Hace un par de días, en su conferencia mañanera, con todo y empresarios invitados, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un plan para combatir las presiones inflacionarias, el cual tiene como objetivo bajar a mil 39 pesos el costo de una canasta básica en la que se incluyen mínimo 24 productos y para lo cual se llegó a un acuerdo con 15 comercios, hasta el momento.

El mercado, sin embargo, es cambiante. Y el entorno nacional e internacional, ni se diga.

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