El Ferrari que Al Pacino convirtió en leyenda
Redacción / El Tiempo de Monclova.Con el T Cabriolet, Ferrari incrementó el espacio disponible del habitáculo, amén de todo el rediseño llevado a cabo.
Cuándo no Ferrari en las películas. Para la cultura de la música, Scent of a Woman (1992) fue un anclaje con el tango. El film dirigido por Martin Brest fue el que llevó a Hollywood las célebres melodías de Por una cabeza, épica pieza de Carlos Gardel con letra de Alfredo Le Pera.
Para el ámbito automotriz, Esencia de Mujer fue la realización que contó uno de los tantos capítulos de la historia de Ferrari. Los 80s se resumen en aquel concesionario que aparece en una de sus escenas y el Mondial T Cabriolet de 1989, uno de los últimos de aquella dichosa era, el que se luce por las calles de New York.
Entonces, con esas vertiginosas tomas con Al Pacino en la piel de Frank Slade y Chris O'Donnell como Charlie Simms, propongo adentrarnos en este coche de diseño marcadamente epocal. ¿En qué punto de la familia Mondial hay que ubicar al T Cabrio? ¿Qué modificaciones aplicó Pininfarina para su diseño? ¿Cuáles eran sus prestaciones?
Empecemos por el último interrogante. Ocho cilindros en V, 3404.70 cc de cilindrada total, 300 caballos a 7200 revoluciones por minuto, velocidad máxima de 255 km/h, torque de 324 Nm a 4500 cv y aceleración de 0 a 100 en 6.3 segundos. Todo eso por medio de un esquema motriz fundamentado en un motor trasero longitudinal a 90°, lo que de inmediato repercutió en su diseño y su interior de confort.
Con el T Cabriolet, Ferrari incrementó el espacio disponible del habitáculo, amén de todo el rediseño llevado a cabo. Los respaldos de los asientos traseros fueron abatibles y así el coche lograba una superficie de carga más plana. La capota de lona, en tanto, podía salir con la opción de una cubierta de cuero.
El exterior también evidenciaba cambios. Los faros retráctiles del frontal ahora eran más rectangulares que los de las versiones previas del Ferrari Mondial y esas icónicas tomas de aire en las ranuras laterales hacia las aletas traseras como las vistas en el Testarossa volvieron a las fuentes de la familia de los Mondial: tanto cabrio como coupé, esas tomas mantuvieron su tamaño original pero adoptaron una estética más rectangular.
El momento más álgido de la gama Mondial
La renovación más profunda.
Con el Mondial 8, el primero de la gama producido en 1980, Ferrari se desentendió de la lógica de los tres dígitos como designación de modelo por primera vez en su historia. Desde esa versión original hasta el Mondial T pasaron el Mondial QV de 1983 y el Mondial 3.2 de 1986. Ferrari fue un reloj suizo con este ícono de los 80s, pues tres años después lanzó al mercado el ya explicado Mondial T.
Este último significó el momento más cúlmine de su modernización, “la renovación más profunda experimentada durante el ciclo de vida del coche”, según la propia marca. Fue una evolución en diseño y esquema motriz, donde ahora el motor longitudinal y la caja de cambios transversal formaba, vistos desde arriba, la forma de T que da nombre al modelo. El Ferrari Mondial T Cabriolet fue, además de un referente de los descapotables de la época, el coche por el que Al Pacino, en su interpretación del Teniente Slade, casi pierde la cabeza.
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