Ebrard, Delgado y Montiel, son los políticos que cita 'El rey del cash'
La periodista Elena Chávez narra el esquema usado por el presidente para crear una estructura financiera paralela para evadir cuentas.
En su libro “El rey del cash” (Grijalbo, 2022), la periodista Elena Chávez narra que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador presuntamente creó una estructura financiera invisible para obtener dinero en efectivo del Gobierno de la Ciudad de México para financiar su movimiento político, así como la manutención de él y su familia. Todo el dinero en efectivo, señala la autora, era entregado en maletines o sobres a Alejandro Esquer Verdugo, el secretario particular del mandatario. Y, si eventualmente alguien es sorprendido, la instrucción es clara: echarse la culpa y quedarse callado para desmarcar al presidente. Entre los políticos que son señalados por haber entregado recursos al movimiento de López Obrador están Ariadna Montiel, actual titular de la Secretaría del Bienestar, o Mario Delgado, cuando era secretario de Finanzas durante el gobierno de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México (2006-2012), y actual presidente nacional de Morena, el partido fundado por López Obrador.
Ariadna también debió hacer camino dando efectivo para llegar hasta donde está actualmente, la Secretaría de Bienestar, encargada de manejar casi todos los programas clientelares del tabasqueño. En pocas palabras, ella tiene en sus manos miles de millones de pesos y datos personales de los mexicanos. Ariadna fue una eficaz recaudadora y ahora es una de las principales operadoras del señor que vive en Palacio Nacional. ¿Cash, cash y más cash! Andrés Manuel López Obrador había hecho de Marcelo Ebrard la mejor elección para dejarle encargado el changarro, donde el dinero corría como el agua: desde los impuestos que odiamos los mexicanos, pasando por el Metro, exprimido por muchas manos, y la Red de Transporte de Pasajeros. (…)
Miles de millones. Los aliados empeñados en ganar la presidencia de López Obrador pactaron la entrega de miles de millones de pesos para la campaña de 2006 a 2012. Al estilo de los cárteles de la droga, todo era en cash que caía en las manos de Alejandro Esquer y su ayudante, Gabriel García Hernández, quien más tarde se volvería jefe de los delegados de Bienestar. De acuerdo con la narración de la autora, Ebrard y el gobierno de la Ciudad de México financiaron al movimiento de López Obrador entre 2006 y 2012, fondos que incluso sirvieron para darle salario al equipo del político. El dinero era entregado a Esquer, el particular de AMLO. Sin embargo, ese pacto se rompió cuando Ebrard perdió la encuesta para definir al candidato de la elección 2012, y López Obrador obtuvo su segunda candidatura.
Pacto se rompió. (Mario Delgado), el flamante exsecretario de Finanzas, no llegó un día a la cita con Alejandro Esquer (para entregar el dinero). Marcelo Estaba inconforme con los resultados de la encuesta y para demostrarlo les cortó el oxígeno durante varios meses. A lo largo de la narración, la autora enfatiza que la instrucción para todos los políticos involucrados es asumir la culpa, callar, y no revelar nada sobre el esquema de financiamiento. El libro también señala que con las aportaciones de dinero de los ciudadanos, el secretario particular del presidente le pagó su seguro de gastos médicos mayores. Con los recursos públicos de los mexicanos, el secretario particular de AMLO compró seguros de vida para él y su grupo compacto; los demás, los de baja jerarquía, jamás se habrían parado en Médica Sur, sino en algún hospital del IMMS. La actual titular de Bienestar creó una empresa de banquetes.
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