La producción de este año ya se ha reducido en aproximadamente un tercio y aún no hay señales de lluvia.
Bajo un sol abrasador, Francisco Elvira recorre su plantación de olivos, donde inspecciona los frutos resecos brotados de árboles casi desnudos.
"Míralos", dice, desesperado. "Deberían estar repletos de aceitunas ahora que se acerca la cosecha. Pero están vacíos. Y esta es la cosecha para el aceite que llegará a los supermercados el próximo año".