Sus países enfrentan muchas crisis. Principalmente la política. No hay economía estable, tampoco trabajo. Existe inseguridad. Se quejan migrantes.
Dejaron la familia, algunos vendieron propiedades en busca del sueño americano. Caminan cientos de kilómetros. Cada paso que dan por las carreteras del país es señal de esperanza.
Como la joven madre venezolana que viaja sola con tres niños. “Mi meta es llegar a los Estados Unidos. Nos faltan 200 kilómetros, y hoy más que nunca no debemos desistir. Me duele haber dejado a mi madre. Pero ahora no puedo comunicarme porque mi celular se averió”. Contó a El Tiempo con lágrimas en los ojos mientras sus hijos jugaban con ella en un descanso a un lado de la carretera federal 57 a su paso por Monclova.
México. “Sali por problemas con las Mara Salvatrucha. El país anda mal. Su economía. No hay trabajó. No hay futuro, por eso preferí arriesgarme con mis hijos. Este niño de meses nació aquí en México. Todos se han enfermado, pero he salido adelante”. Comentó.
Otra de las historias de cientos que hay en cada uno de los mirantes. Es una colombiana que hace dos meses salió del país acompañada de sus dos hijas.
Violación. “Existe mucho racismo en todos los países. En México hay mucho. No te dejan avanzar y con eso se están violando nuestros derechos humanos, pero nadie te defiende. Te rompen los permisos y menos podemos llegar”. Dijo cuando descansaba debajo del puente en Castaños para proseguir el largo camino. A pie, en camión o de rai. Según.
Un guatemalteco de 39 años que utilizaba bastón contó mientras descansaba que hace un mes abandonó su país. “Ya no traigo dinero. Cada camión para trasladarnos de un lugar a otro nos cobra como 1900 pesos. Afortunadamente los mexicanos nos han apoyado con comida, agua y medicinas”.
Monterrey. En el grupo. Una venezolana se quejó del mal trato que recibieron durante la trayectoria desde Chiapas al norte del país. “Desde Monterrey y por nuestro paso por Coahuila la gente se ha portado bien. De Monterrey para atrás muy mal. Ni un vaso de agua re regalaban”. Se quejó.
A su paso por Monclova cuando les faltaban 200 kilómetros para llegar a la frontera con Estados Unidos. El grupo de unos 400 migrantes se dividió en dos, por problemas internos.
El grupo que va adelante va invadiendo los dos carriles y con ello deteniendo todo el tráfico. Por eso nos separamos. Dijo el coordinador de 200 migrantes quien casi gritando les daba indicaciones para seguir su camino.
