Milagrosamente todas las estaciones de combustible pasan cualquier prueba y nunca se ha visto que clausuren una gasolinera.
El tema de la gasolina adulterada que se está vendiendo en diferentes estaciones de servicio de la Región Centro ha dado mucho de qué hablar por los daños que están sufriendo cientos de vehículos de los cuales sus propietarios solo son víctimas de las negros negocios que hacen los gasolineros que rebajan el combustible con aditivos, solventes e incluso se ha dicho que hasta con agua para sacar una mucho mayor ganancia monetaria sin importarles el daño que están ocasionando y tremendo golpe económico para los propietarios de los automóviles que terminan averiados.
Otra de las cosas increíbles en este tema, es que no existe ningún tipo de vigilancia por parte de Profeco que esté continuamente regulando las estaciones de servicio que existen en esta región.
Desde hace muchos años se ha mencionado que la dependencia de Profeco con sede en Saltillo, es la que en ocasiones envía un inspector que acude a varias gasolineras de la Región Centro para verificar solamente que se surta lo que en realidad paga el cliente, pero de ahí a revisar la calidad del combustible, existe mucha distancia de por medio.
El detalle más curioso es que milagrosamente todas las estaciones de combustible pasan cualquier prueba y nunca se ha visto que clausuren una gasolinera y esto lleva a pensar a cualquiera que los verificadores se pueden llevar una buena tajada para que apruebe cualquier tipo de revisión dando el visto bueno y cerrar su bitácora con la leyenda "aquí no ha pasado nada".
Los gasolineros de esta región intentan defenderse y lavándose las manos aseguran que ellos solo recibieron un lote con gasolina alterada, pero no logran convencer a nadie, es un secreto a voces que esto también lo hacen los gasolineros, ha sido una táctica de siempre, pero a veces les gana la ambición, porque no es la primera vez que sucede en la región, hace años ya había pasado lo mismo.
Desafortunadamente no existe una ley que pueda obligarlos a responder, no hay nadie que pueda regularlos y al menos clausurarlos. Pensar en multas, ni de chiste, los señores prácticamente son autónomos y se aprovechan de la necesidad que tienen los automovilistas y siguen operando prácticamente sin ningún tipo de justicia que pueda castigarlos.
Las autoridades han señalado que debe existir una dependencia de Profeco en Monclova, pero ya se tuvo una, si mal no recuerdo, duró aproximadamente dos o a lo mucho tres años, pero más que defensa del consumidor, parecía una oficina elefante blanco porque solo estaba de adorno, jamás te resolvían algo y muchas denuncias quedaban a medias o archivadas en un cajón.
¿Cuál sería la diferencia si hoy existiera una dependencia de Profeco en Monclova? Las gasolineras seguirían operando sin problema alguno como lo siguen haciendo hasta ahora, los propietarios de los vehículos dañados o averiados tendrían que pagar las reparaciones de sus autos justo como lo están haciendo en estos momentos.
No nos queda otra más que seguir adelante solos, sin defensa alguna y tener que seguir desembolsando dinero que quizá no se tenga porque hay que sacarle a los ahorros o tener que pedir prestado para poder pagar la compostura de un vehículo que hoy en día es más una necesidad que un lujo.
A revisión
Aunque ya no queríamos tocar el tema del ICC por ser una institución privada, la gente del interior hasta nos habla a esta casa editora para confirmarnos que lo que se ha escrito en este espacio es totalmente cierto y que incluso al director del plantel hace días le cayó una auditoria en la que seguramente saldrán a relucir los recibos alterados de sueldos y bonificaciones que se le han dado a muchos empleados, pero de esto hablamos luego.
