Como todos sabemos, el tema de la pandemia fue una situación complicada que generó un muy marcado desempleo y en los casos donde se conservó el empleo fue más que una bendición y como siguen las cosas no es momento de darse lujos para renunciar pese a lo incomodo que se sienta cualquier persona en su lugar de trabajo, aún y aguantando injusticias y autoritarismos por parte de sus superiores. Justamente así se siente el personal del Instituto Central Coahuila (ICC), que desde hace tiempo han tenido que soportar de todo por parte de sus directivos, los cuales andan que no los calienta ni el sol al ver que se han revelado muchas irregularidades y lo peor del asunto para ellos es que la empresa de Altos Hornos de México, cuyo dueño de la institución educativa no ha pasado por alto la conducta autoritaria y represiva de quienes manejan los hilos de esta escuela.
A mi no me lo crea, pero hay quienes aseguran que desde las altas esferas de AHMSA, presuntamente le estiraron las orejas al director del ICC, que desde ahí anda que no lo calienta ni el sol, pero al parecer su mayor interés es saber quien está detrás de todo lo que se filtró, seguramente para tomar cartas en el asunto a su fiel estilo represivo, sin embargo, mientras sean peras o manzanas, nos cuentan que el ambiente que se vive actualmente en la escuela es tenso y con silencio sepulcral en torno a este tema.
Lo que nos llama mucho la atención y que es verdaderamente sorprendente es el asombroso miedo que le tienen a Moisés Celaya y quizá no es para menos al escucharlos decir que suele ser un tanto peligroso y que tiene muchos contactos, que incluso de seguro ya se encuentra investigando quien puede estar detrás de todo lo que se ha manejado públicamente de su actuar dentro de este plantel educativo, pero considerando que debe ser una persona inteligente, me inclino a pensar que lo más sano sería comenzar a trabajar en la unión y armonía de todo su personal, concentrarse en hacer mejor las cosas para que el personal docente administrativo, alumnos y hasta padres de familia se sientan contentos, tranquilos y sobre todo en paz.
Una plantel tan prestigiado como el Instituto Central Coahuila no debería verse inmiscuido en este tipo de problemas. Lo más importante es conservar siempre una buena imagen y eso seguramente es lo que más le interesa a Altos Hornos, que ciertamente ha tenido suficiente con el golpeteo de un gobierno federal represivo y empeñado en acabar con esta acerera de talla internacional y por si fuera poco con todo lo que surgió con Monrroy y compañía con el fraude millonario que a la fecha de sigue siendo la comidilla en la Región Centro.
Relajamiento total
El semáforo del COVID-19 en color verde que se le dictó a Coahuila fue suficiente para que se comenzara nuevamente un relajamiento por todos lados, principalmente con el uso del cubrebocas. Hoy vemos a muchas personas que ya no lo portan y comienzan a actuar como si ya no existiera la pandemia.
A nadie los conviene que se surjan nuevas olas de contagios o las llamadas variantes del COVID-19, como ya sucedió en algunas ciudades de diferentes países que han tenido que regresar a medidas extremas. Por ello se tiene que tomar la suficiente responsabilidad como ciudadanos para continuar con todas las medidas preventivas.
Ya basta de querer responsabilizar a las autoridades de posibles siguientes olas cuando la responsabilidad es de todos, la autoridad hace lo suyo y nosotros lo que nos corresponde en cada una de las partes que vistamos durante el día, basta recordar que si nos cuidamos nosotros mismos cuidamos al resto de los ciudadanos.
