En 1970 Raúl Montemayor empezó a reparar calzado.
“Zapatero a tus zapatos” refrán popular que a diario se aplica en el local de reparación de calzado Montemayor. Un negocio que ha prevalecido a lo largo de 50 años en la ciudad. Desde las zapatillas de dama, las botas del vaquero, hasta los zapatos de seguridad se reparan aquí.
El fundador del negocio ubicado en la calle Zaragoza casi esquina con Allende de la zona centro de Monclova, fue Raúl Montemayor quien en el año de 1970 decidió abrir su local, aunque desde antes ya se dedicaba a reparar zapatos.
Reparación
Mario Alberto Montemayor de 60 años heredó el oficio de su padre Raúl. Él es ahora el encargado del lugar donde a diario las manos trabajadoras ponen su mayor esfuerzo para arreglar el calzado de los clientes. Entre 7 y 8 pares de zapatos se reparan en el día.El propietario del lugar comentó “Aquí ponemos suelas, se cosen los zapatos, le ponemos las tapas a los tacones, tenemos clientes de muchos años que vienen a pedirnos trabajos, los hombres por lo general traen las botas vaqueras es el calzado que más reparamos”.
El cliente
Un zapatero modifica, repara y confecciona calzado, pero también se dedica a arreglar artículos de cuero. Utiliza herramientas como la cuchilla, pinzas, martillo para dar el acabo perfecto y al gusto del cliente.
Alejandro Robles dijo “Desde hace como 15 años soy cliente, aquí vengo a que me arreglen mis zapatos y botas, conocí a don Rogelio y ahora sus hijos siempre nos dan muy buen servicio”.
Las botas
Entre la reparación de todo tipo de calzado- dijo Mario- lo que más lleva trabajo hacer costuras, hacer suelas para recortar y darle la forma en las botas. La actividad del zapatero requiere de gran habilidad y esfuerzo.Expresó “Es un oficio que nos ha dado grandes satisfacciones, además que nos ha permitido sobrevivir por más de 50 años desde que mi padre empezó, y aquí seguimos todos los días tenemos ganancias, aunque como en todos los negocios con la pandemia nos fue mal”.
Zapatero
En Monclova hay sólo 3 lugares donde se repara calzado, pero el primero que se abrió fue de la familia Montemayor y hoy mantiene vigente gracias a sus clientes.Mario agregó “Ser zapatero no es un oficio común, sales a calles consigues albañiles, soladores, boleros, taxistas, pero un zapatero no lo encuentras donde sea”.
