Tarde de violencia y caos en Estados Unidos
Agencias / El Tiempo de MonclovaTrump alienta a simpatizantes a tomar el Capitolio; suspenden confirmación del triunfo de Joe Biden y hay cuatro muertos
Desde hace semanas se sabía que ayer miércoles 6 de enero sería un día especial, un día difícil en Georgia, donde los integrantes del Poder Legislativo de Estados Unidos serían protagonistas de una jornada histórica en la vida democrática del país de las barras y las estrellas.
Sin embargo, ni las expectativas más arriesgadas podrías haber previsto lo que se vivió.
Desde el martes, los integrantes del Senado se reunieron en el salón de sesiones del Capitolio con el único objetivo de validar el triunfo de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos y proceder a la elección de dos senadurías que ponían en juego el control del Senado.
Los escaños los disputaban los demócratas Rafael Warnock y Jon Ossoff ante los republicanos David Peroux y Kelly Leffler. Después de una segunda vuelta, se confirmó el triunfo de los demócratas, con lo que el partido de Joe Biden obtiene el control del Senado, algo que no conseguía en muchos años.
Mientras los legisladores sesionaban, en Washington, el presidente saliente, Donald Trump, a través de las redes sociales arengaba a cientos de sus seguidores a manifestarse e impedir que continuara la certificación del triunfo de Joe Biden.
Cientos de ellos fueron hasta Georgia y se manifestaron en las afueras del Capitolio, primero en forma pacífica, pero al filo de las una de la tarde, irrumpieron en forma violenta al edificio sede del Poder Legislativo, rompieron puertas y ventanas, lanzaron todo tipo de objetos y se lanzó una alerta general por el ataque de que era objeto el Congreso.
Inmediatamente se dio la orden de desalojar el edificio y otras sedes políticas aledañas, varios legisladores a través sus redes sociales denunciaron los hechos y condenaron la intromisión. Pidieron la intervención de la Guardia Nacional porque la Policía del Congreso era insuficiente para detener la turba.
Donald Trump por su parte continuaba con mensajes a sus seguidores y solo pedía que no atacaran a los guardias del congreso porque ellos estaban de su lado.
A poco de que los manifestantes se apoderaron del Capitolio, se oyeron disparos y se dijo que los guardias habían sacado sus armas para someter a la turba; no pudieron, pero en el momento, se dice que uno de ellos disparó, hiriendo a una mujer en el pecho, la que fue llevada de emergencia a un hospital, donde falleció a los pocos minutos de haber arribado. Más tarde, se identificó a víctima como Ashli Babbid, una veterana de la Fuerza Aérea.
Los seguidores de Trump, ya habían durado varias horas en el interior del edificio senatorial, en donde hicieron lo que quisieron, incluso ocupar el lugar de la presidencia del Senado; también se robaron objetos icónicos y representativos del lugar.
A las 15.44, desde algún sitio de seguridad, el vicepresidente Mike Pence, quien fue evacuado por túneles del edificio, pidió a través de Twitter aplicar todo el peso de la ley contra quienes tomaron el Capitolio.
Poco más tarde, a las 16.14, los legisladores, haciendo uso de las redes sociales denuncian un “golpe de estado” y piden la intervención de la Guardia Nacional. Minutos más tarde, el Pentágono activa a mil 100 soldados de la Guardia Nacional, que apoyados por las policías estatales de Georgia y distritos circunvecinos se abocan a recuperar el control del Capitolio.
Eran las 16.55 de la tarde cuando los líderes de varios países, reaccionaron a los acontecimientos en Washington, calificaron las escenas de vergonzosas e impactantes; por México, ningún vocero oficial hizo mención a los acontecimientos, pero si uno extraoficial, el coordinador de MORENA en el senado, Ricardo Monreal Ávila, el zacatecano lamentó los hechos y descalificó la irrupción en el Capitolio.
En este sainete, no podía faltar el folklor y ese estuvo a cargo de un personaje desnudo de la cintura para arriba, tatuado y con un penacho parecido a una cabeza de búfalo, quién apareció con un megáfono y una bandera de Estados Unidos, gritando consignas a favor de Trump y alentando a los manifestantes.
Fue en esos momentos cuando se dio la agresión en contra de los representantes de los diferentes medios de comunicación que cubrían el evento. Los simpatizantes de Donald Trump arremetieron contra reporteros y camarógrafos y siguiendo instrucciones del presidente saliente, declararon a los medios de comunicación “enemigos de los Estados Unidos” y al grito de “ésta es una guerra y venimos por los muertos”, se pasearon en medio de comunicadores y los restos de cámaras y micrófonos que previamente les destrozaron.
A las 5.45 de la tarde fueron varios los congresistas que a través de sus redes sociales pidieron la dimisión de Donald Trump; evocaron la enmienda 25, porque el presidente saliente “ya no es capaz de controlar el país”. Fueron muchos quienes se sumaron a la petición, incluso miembros de su gabinete y de su propio partido, alegando la incapacidad del presidente para gobernar.
Para este momento, la Guardia Nacional había tomado el control y recuperado el capitolio, los legisladores empezaron a regresar a sus curules y a hacer una evaluación de los daños ocasionados en sus escaños.
Hacia las seis y media de la tarde, la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi anunció que por la noche reiniciarían la ceremonia de ratificación.
A las diez y media de la noche, el jefe de la policía de Washington, DC, Robert Contee dijo que ya sumaban cuatro muertos, pero no explicó qué hacían las otras tres personas en el hospital ni quienes eran ni cómo participaron en los violetos acontecimientos.
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