Empresas, clubes y personas altruistas eran sus principales fuentes de apoyo
En un año los apoyos para los asilos de ancianos en Monclova y la región disminuyeron de manera considerable, pues se dejó de recibir donativos de empresas y gente altruista que generaba ayuda para estos centros de atención de adultos mayores.
Como a otros sectores de la sociedad, la pandemia ha causado fuertes estragos en el tema económico. Las aportaciones en especie se redujeron en 30 por ciento en relación a las ayudas que se recibían en años anteriores para el sustento de los asilos.
Sobreviven
En el asilo Emmanuel, del municipio de Frontera, 32 personas de la tercera son atendidas en el refugio. Por semana se invierten en promedio 2 mil pesos por cada adulto mayor. Esta cantidad es destinada a la comida, aseo personal, pañales, atención médica y otras necesidades.
Jesús Alberto Díaz Aguilar, encargado del lugar, manifestó que ha sido un tiempo difícil, pero, a pesar de que disminuyeron las donaciones, han logrado mantenerse en pie. En la cuestión de salud no hubo afectaciones hacia los abuelos refugiados.
Gastos
“Hemos podido salir adelante. Creo que para todos en general la situación ha sido difícil. Por fortuna todavía hay escuelas y empresas a las que hemos solicitado apoyo y han respondido. Hasta ahora todo marcha bien. Nos vamos a esperar a esta tercera ola, ojalá no sea tan fuerte”, declaró.
Díaz Aguilar comentó que anteriormente con la aportación de clubes sociales se lograba cubrir gran parte de las necesidades de los ancianitos, y además se realizaban los pagos de servicios de agua y luz.
“En energía eléctrica gastábamos hasta 27 mil pesos por bimestre, ahorita ya nos instalaron paneles solares y eso no redujo mucho el gasto. Sin embargo, la operación de un asilo conlleva muchos gastos, siempre hay necesidades”, finalizó.
