ANTES
Hace 68 años, movidos por una ideología nacionalista, anti-imperialista y democrática, fundada principalmente con base en las ideas de José Martí, un grupo de rebeldes cubanos contra el régimen dictatorial de Fulgencio Batista y liderados por Fidel Castro formó el Movimiento 26 de julio, también conocido como el M-26-7. Tal movimiento fue el más importante y el factor clave durante la Revolución Cubana, pues sus integrantes fueron quienes derrocaron el régimen de Batista el 31 de diciembre de 1958.
El 26 de julio de 1953, Castro, un abogado de 26 años de edad, y unos 150 simpatizantes, atacaron el Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar de la isla, en la ciudad oriental de Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros de La Habana.
La acción militar falló en sus objetivos de ocupar el cuartel y organizar la insurrección general, pero la historiografía oficial la considera el inicio de la vía armada para derrocar al dictador Fulgencio Batista (1952-1958).
Castro y sus seguidores -presos y juzgados- fueron indultados en 1955 y viajaron a México, donde organizaron una expedición en el yate Granma para desembarcar el 2 de diciembre de 1956 en el sur de la provincia de oriente y tras dos años de lucha tomaron el poder.
Tras el asalto, el Movimiento 26 de julio, fue tomando fuerza y causó importantes repercusiones en la sociedad, ya que un grupo considerable de la población, particularmente jóvenes, se unieron a la causa y combatieron posteriormente al lado de Castro y sus guerrilleros.
AHORA
68 años después, la realidad y la vida, no son tan distintas en Cuba. Los Castro ya no son en letras oficiales jefes de Gobierno, pero el impulso de su movimiento está latente y guía las manos que formalmente dirigen la isla con Miguel Díaz-Canel. Sin embargo, como se ha hecho saber, Cuba se ha visto afectada recientemente por las represiones contra la oposición al régimen, al que señalan directamente por la crisis económica y particularmente sanitaria que se vive.
MÉXICO
Recientemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a la cooperación al inicio de la cumbre de la Celac, pero sin criticar la represión ejercida en la isla, limitándose a decir que representa un "caso especial".
AMLO ha criticado el embargo económico a Cuba y ha adelantado su intención de apoyar a su pueblo con insumos necesarios para paliar la crisis. Sin embargo, respaldado en posturas constitucionales, el presidente se ha mantenido al margen y no se ha referido abiertamente a la represión.
En otras naciones, como Venezuela, México se ha proyectado para empujar el diálogo y ha pugnado por elecciones libres. Una postura similar para el pueblo cubano no caería mal. Al menos antes de una formal crisis humanitaria. ¿O usted qué opina?
Macroeditor Web
@afchavezfelix
