La Procuraduría Federal del Consumidor es un organismo público descentralizado y sectorizado de la Secretaría de Economía del Gobierno de México. La Profeco fue creada para promover y proteger los derechos del consumidor, fomentar el consumo inteligente y procurar la equidad y seguridad jurídica en las relaciones entre proveedores y consumidores.
Fue instaurada el 5 de febrero de 1976 al publicarse la Ley de Protección a los Consumidores, al mismo tiempo que México se convirtió en la segunda nación de América Latina en contar con una ley de este tipo.
Dentro del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha dado a la Profeco una fuerza catalogada a veces de hostigadora, pero con buena perspectiva para muchos consumidores, que semana a semana ven exhibirse en las mañaneras del mandatario reportes como el Quién es quién en los precios de las gasolinas y el gas LP, otro sobre las remesas e incluso algunas ocasiones hasta las características de los baños de algunas estaciones de servicio.
Todo esto, con el muy peculiar estilo del procurador del consumidor, Ricardo Sheffield, que parece disfrutar cómicamente ser el anfitrión que balconea a los comercios.
Este fin de semana, precisamente la Profeco de Sheffield Padilla volvió a ser tendencia, pero ahora por una decisión que resulta aplaudible en el largo camino que México debe recorrer para instaurar hábitos saludables en sus ciudadanos.
Y es que se anunció que su nuevo enemigo son ahora las sopas instantáneas tipo Maruchan, las cuales busca sacar del mercado. Esto se debe a que, según la Profeco, se detectó que algunas de éstas pueden causar daños a la salud, por lo que advirtió que ya no se permitirá su comercialización.
Fue el mismo titular de la Profeco, Ricardo Sheffield, quien adelantó que los resultados de este estudio serán dados a conocer a los consumidores en la Revista del Consumidor de octubre, en donde podrán saber el contenido de las sopas instantáneas.
El procurador indicó que se revisó el empaque en el que vienen, y el riesgo que presenta para la salud en algunos casos, sumado a que algunos tienen publicidad engañosa.
Además, citó la alarmante cifra de que “en 2015, en México se adquirieron 850 millones de unidades de fideos instantáneos. Para 2019, esa cifra creció a 1,220 millones, lo que significa un aumento de 43% en tan sólo cuatro años”.
Finalmente, justificó la decisión por la campaña contra el glutamato monosódico, un aditivo bastante común en los alimentos procesados, que puede causar dolor de cabeza, sofocación, taquicardia, dificultad para respirar, sudoración y dolor de pecho, entre otros males.
Ante este escenario y a reserva de las opiniones del gremio empresarial, es considerable la decisión de la Procuraduría, enmarcada en campañas como la del etiquetado frontal emprendido por la Secretaría de Salud,
No se trata, por supuesto, que al alejar los productos nocivos se tenga una salud al instante en los mexicanos, pero no deja de ser reconocible la intención. Lo demás, en gran medida, es mera responsabilidad personal. ¿O usted qué opina?
