Misión Cumplida
Como alguna vez mencionó el especialista y escritor Jaime Miranda, “los personajes pueden ser incómodos, instrumentales, víctimas y verdugos, causa y efecto. Son testigos y creadores de la realidad que habitan. Conocer a los personajes, aprender a plantar sus semillas, hacerlos germinar, moldearlos, otorgarles personalidad y carácter, permitirles crecer, es una parte esencial del oficio de escribir”.
Y aunque tales afirmaciones se encajan en el ámbito literario, no queda mal para aquellos que narramos la historia desde la trinchera periodística.
Lo anterior lo menciono por el seguimiento que el periodismo me ha permitido dar al presidente Andrés Manuel López Obrador, “personaje de personajes”, desde antes de su ascenso, y que me ha llevado a leer su nuevo libro “A la mitad del camino”, publicado apenas el pasado fin de semana.
Dije y sostengo que AMLO es un “personaje de personajes”, pues haber acompañado su carrera tanto como ciudadano como periodista, me ha permitido entender que el tabasqueño es un político que se ha creado a sí mismo.
Se ha creado y se sustenta así en su discurso, por eso es fácil escucharlo repetir las mismas frasecillas una y otra vez, recorrer los mismos pasajes históricos con sumo antojo y recurrir siempre a ideas políticas, sociales, económicas y morales en las que se percibe un ser que está adoctrinando.
Por eso, no me extrañó que apenas en las primeras páginas de su nuevo texto, se encontraran ideas y afirmaciones que realizó al finalizar su Tercer Informe de Gobierno, especialmente con una frase que bien daría la razón a quienes lo tachan de triunfalista.
“Cuando esté entregando la banda presidencial podré exclamar a los cuatro vientos la expresión: ¡misión cumplida!”, asegura el presidente tanto en el informe como en su libro, en referencia a su confianza de superar la revocación de mandato prevista para el próximo 2022 y con una perspectiva de haber, como él afirma, traído la “Cuarta Transformación” al país.
Acompañando sus argumentos, López Obrador realiza un análisis de lo que para él estaba afectando a México y detalla profundamente cómo su política de la honestidad y el no a la corrupción ha reconfigurado este escenario. Hace referencia también a aquella cita del “hechos, no palabras”, lo que más que defenderlo lo compromete.
Charlando con compañeros del gremio y amigos de antaño, son notorias las discrepancias que surgen ante AMLO y su actual figura presidencial; sin embargo, la expectativa es similar en aquellos que tratamos de mantenernos neutros: verlo hacer más.
No considero, por supuesto, que este personaje que se encuentra “a mitad del camino” que tanto deseó recorrer por tanto tiempo haya pasado en blanco hasta el momento; sin embargo, el embate de situaciones ajenas a su administraciones, como la pandemia por COVID-19, ha permitido entender que no todo depende de un discurso bien elaborado o una historia conocida antes de ejecutarse.
A nuestro personaje le ha tocado enfrentar escenarios imprevistos, pero él no está para improvisar y debería entender que tampoco lo está para seguir actuando cómo se planeó en un inicio. Las historias, incluso las presidenciales, cambian. Esperemos que AMLO esté a la altura, pues más allá de que él cumpla su misión al final del mandato, somos toda una nación los que exigimos su irrevocable compromiso.
Macroeditor Web
@afchavezfelix
