Anna Netrebko regala un recital íntimo al público del Liceu
AGENCIAS / EL TIEMPOBARCELONA, 27 enero.
La soprano Anna Netrebko ha regalado esta noche al público del Liceu un recital íntimo y poético con una selección de piezas especialmente escogidas para que la diva rusa haya podido exhibir los amplios registros y múltiples matices de su extraordinaria voz.
La actuación de Netrebko en el teatro lírico de la Rambla era una cita muy esperada por el público liceísta, después de que la cantante cancelara el pasado octubre su participación en la ópera "Il Trovatore" a raíz de su convalecencia por la COVID-19.
Una de las incógnitas del recital era comprobar si la enfermedad había hecho alguna mella en la estrella lírica, que no ha mostrado ningún signo de ello y ha ofrecido un programa en el que se ha entregado desde el primer minuto hasta los dos bises con los que ha concluido el concierto, para mantener su idilio con el público del Liceu, que la ha despedido con atronadores aplausos.
En el recital "Jour et nuit", Anna Netrebko, acompañada por el pianista Pavel Nebolsin, la mezzosoprano Elena Maximova y el violinista Giovanni Andrea Zanon, ha mostrado en toda su extensión la paleta de colores vocales de que dispone, su fuerza y su versatilidad para alternar potencia y dulzura.
La cantante de Krasnodar ha escogido un programa en el que ha intercalado, tanto en la primera como en la segunda parte del recital, canciones del repertorio ruso -Rachmaninov, Rimsky-Kórsakov, Chaikovski- con piezas de compositores de otras nacionalidades, especialmente de origen francés -Debussy, Charpentier, Fauré, Offenbach- y centroeuropeo -Strauss, Dvorak-.
Sin embargo, ha limitado la lírica italiana a una pieza de Ruggero Leoncavallo, la popular "Mattinata", acogida con grandes aplausos por el público, aunque en los bises ha incorporado también "Il bacio", el vals vocal de Luigi Arditi.
Durante más de dos horas, con un descanso de 20 minutos, Anna Netrebko ha desgranado un repertorio de canciones de tono intimista y romántico, de exaltación de la vida, el amor y la naturaleza.
Pese a ser un recital y no una ópera, Netrebko ha mostrado hasta donde ha podido en este formato sus grandes dotes interpretativas, exhibiendo en todo momento una gran expresividad, moviéndose sin cesar sobre el escenario y hasta marcando algunos pasos de baile en algunos acordes.
Si bien el público ha empezado un poco frío ante el repertorio ruso, menos conocido en estas latitudes, se ha ido entregando ante el virtuosismo de Netrebko, bien acompañada durante todo el concierto por el pianista Pavel Nebolsin.
Hacia el final del recital Netrebko, junto a la mezzo Elena Maximova, se ha puesto al público en el bolsillo con "Belle nuit, ô nuit d'amour" (Barcarolle), la popular aria de "Los cuentos de Hoffmann", de Jacques Offenbach, arrancando los consiguientes 'bravos".
Netrebko ha saldado así su "deuda" con un público que la adora y que no la pudo escuchar el pasado año en "Il Trovatore" por culpa de un virus al que, como se ha comprobado en esta velada, la diva ha podido finalmente derrotar.
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