Esta es la última semana de este año 2021 y el proceso de agonía hace su función para dejar atrás un año de crisis y pandemia que sigue azotando a regiones y países enteros con variantes como el llamado Ómicron y arrastra a su paso el cierre de empresas generando un marcado desempleo en el que la Región Centro de Coahuila forma parte de las estadísticas, sin embargo también se ha podido percibir una recuperación tanto de empleos como en estadísticas de contagios y se espera que a tendencia positiva continúe para el 2022.
Y como todo tiene un principio y un fin, hablemos de las administraciones municipales en las que a los 38 alcaldes de Coahuila les queda solo esta semana como mandatarios locales y tendrán que despedirse de sus palacios municipales y de los privilegios que tienen como presidentes locales.
Si bien es cierto, muchos o en su mayoría juran y perjuran que se van totalmente contentos con el desarrollo que tuvieron durante los tres y en algunos otros casos por cuatro años de su administración, pero del dicho la hecho hay mucho trecho, algunos fueron un verdadero fiasco y durante su tiempo de mandato se la pasaron nadado de a "muertito" esperando a que llegara el 31 de diciembre del 2021 y prefirieron pasársela como la canción de mango "relajados, relajados, relajados".
Si bien es cierto, el que más destacó fue el alcalde de Saltillo Manolo Jiménez, sin tanto alarde, su desempeño se vio al colocar a la capital del estado en unas de las ciudades más competitivas no solo de Coahuila, sino que también a nivel nacional, la diversificación de empresas y el desarrollo que tuvo desde su llegada a la alcaldía, donde ha demostrado ser un político joven que se ha conducido por un camino aceptable y además cuenta con lo que a la mayoría les fata, un carisma político que hoy en día es un factor del que carecen todos y quizá por eso Manolo se convierte en la única opción para convertirse en el candidato a la gubernatura para las siguientes elecciones.
Pero no olvidemos la otra cara de la moneda y centrémonos en la Región Centro comenzando con la llamada ventana de la patria y capital del mundo, Castaños y su alcalde saliente Enrique Soto que ciertamente fue uno más a la lista de un municipio que simplemente no cambia y la imagen sigue siendo la misma, de un pueblo atrapado en una capsula del tiempo. No existe desarrollo empresarial y en ese sentido lo más destacado fue la empresa Fasemex que se instaló un año antes de la pandemia y hasta ahí le paramos de contar. El resto solo fueron obras pequeñas de pavimentación, cancha deportiva y agua y drenaje y en pocas palabras, más de lo mismo de siempre.
De ahí nos pasamos al municipio más grande de la región, Monclova, comandado por el alcalde saliente Alfredo Paredes que deja obras que le cambian la imagen a una parte de la ciudad, como su Río Monclova, Ecoparque y Cristo de la Bartola, de las llamadas obras de relumbrón , así como las obras de pavimento, agua y drenaje que se llevan a las colonias, pero tal parece que no fue suficiente para la gente y seguramente algo vieron o supieron que decidieron cerrarle la puerta a Paredes al desfavorecerlo con el voto cuando buscaba la diputación y el voto de castigo jamás se equivoca.
A donde menos queríamos llegar es a Frontera, el municipio al que le ha ido peor y no solo por la actual administración, sino por varias que han pasado donde los alcaldes simplemente no dan una y solo se han dedicado a llevar agua a su molino, Si el anterior alcalde el panista Amador Moreno, fue calificado en su momento como el peor alcalde de la historia de Frontera, Lencho Siller hizo lo imposible y le quito cetro y corona.
Pero de esto seguiremos hablando en el próximo espacio con la ultima columna del 2021.
