Las autoridades suecas analizan la posibilidad de adoptar medidas restrictivas locales frente a la pandemia del coronavirus --todo un giro en su estrategia-- tras registrarse un aumento semanal de nuevos contagios en Estocolmo.
Hasta ahora, Suecia se había caracterizado por una línea más laxa que otros países nórdicos con situaciones comparables y no había emitido ninguna recomendación respecto al uso de mascarillas.
Sus autoridades favorecieron las llamadas a la responsabilidad individual en lugar de dictar restricciones.
Esta estrategia ha sido muy polémica, especialmente en los momentos de mayor incidencia de la pandemia, ya que las cifras de contagios y mortalidad eran superiores a las de otros países de la región que sí habían adoptado medidas.
"La tendencia regresiva se ha roto. Si la curva sigue subiendo, la situación puede ser peligrosa", afirmó el responsable de Sanidad de la capital, Bjoern Eriksson.
Según las autoridades sanitarias suecas, en los últimos siete días se han registrado en Estocolmo 305 nuevos casos, frente a los 254 de la semana anterior.
El jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Anders Tegnell, defensor hasta ahora de esa línea laxa, reconocía que si la tendencia persiste habrá que pensar en "restricciones locales" para la capital.
Desde el inicio de la pandemia se verificaron en Suecia 89,436 infecciones con la SARS-CoV-2. El número de víctimas mortales es de 5,870.
