ENCUADRES
0.3 por ciento
Tal cual regalo de cumpleaños para el presidente, con “mañanitas” incluidas, la Cámara de Diputados aprobó la madrugada del pasado viernes, en lo general y lo particular, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio de 2021.
El aval se dio gracias a la mayoría de Morena y sus aliados (305 votos a favor frente a 151 en contra), que de paso evitó la discusión de las más de mil reservas presentadas y las limitó a sólo 10 por desahogar.
En general, el PEF 2021 contempla un gasto neto de 6 billones 293 mil 736 millones de pesos, lo que representa una disminución real del 0.3 por ciento, en comparación con el aprobado para este 2020.
El Ejecutivo federal y las voces favorables a él en San Lázaro defendieron tal asignación con base a la situación económica derivada de la pandemia y al multicitado plan de austeridad de la 4T.
Las lenguas opositoras, como la Alianza Federalista, consideraron el presupuesto una “infamia”, argumentando fuertes recortes en áreas prioritarias.
Lo cierto es que apegarse a la disminución real del 0.3 por ciento puede resultar poco práctico para comprender el por qué distintos actores políticos han advertido que con este gasto, el próximo año será duro.
Esto se debe a que en lo particular, el PEF 2021 reasigna recursos que antes estaban etiquetados con otros propósitos, para cumplir con el proyecto social presidencial.
Así, aunque en el ramo 33 de Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios, se estima entregar 777 mil 842 millones de pesos, los estados y municipios sufrieron en realidad un recorte del 9 por ciento en los recursos que anteriormente recibían y que ahora serán destinados a diferentes rubros.
Si bien es humanamente inconcebible cuestionar la asignación de presupuesto a los grandes ganadores del PEF, como lo son los programas de bienestar tan necesarios en la era COVID, igual de ilógico resultaría no señalar que la estrategia contra la pandemia tiene puntos duros de aterrizar.
Y es que más allá de los lineamientos federales, son los estados y la parte más básica del sistema federal, los municipios, quienes hoy más que nunca necesitan recursos para echar a andar inversiones, desarrollar obras de infraestructura, y actuar en materia de seguridad, entre otros grandes temas que el presupuesto parece dejar de lado.
Nuevamente retomando a los favorables al titular del Ejecutivo federal, éstos argumentan como fuerte del PEF la palabra presidencial de que los recursos ahora se entregarán sin intermediarios y que sabrán direccionarse a quien más los requiere.
Sin embargo, no pueden dejar de mencionarse programas como el Fonden, el Fortaseg, el Fondo Metro y otros relacionados a la educación, la salud sexual y de género, que se verán afectados o en ceros, limitando su operación el próximo año.
Tener un gasto austero es correspondiente con la 4T, beneficiar a la obra y programas sociales también, pero priorizarlos tan desmedidamente sobre otras asignaturas podría pasar factura y lejos de atenuar, acentuar la crisis que ya se está viviendo. Después de todo, estamos ante un presupuesto que “recorta” más de un 0.3%. ¿O usted qué opina?
Macroeditor Web
@afchavezfelix
