El Fidecine sí aceptaba devoluciones
EL UNIVERSAL / EL TIEMPOEl año pasado el Fidecine otorgó a 10 proyectos un tope máximo de 6 millones de pesos.
Por cada peso que el Estado otorgó para la producción de una película a través del Fidecine, recibió en estimado de 1.37 pesos.
Esto de acuerdo con un ejercicio realizado por EL UNIVERSAL, que se basa en datos del Anuario Estadístico de Cine Mexicano, editado por el Imcine, corroborados con cifras proporcionadas por productores.
Se prevé que este fideicomiso desaparezca esta semana, tras el voto de diputados y su aparente ratificación en el Senado.
El dinero no se devolvía de inmediato sino en los distintos procesos de la cadena productiva de una película, desde la producción, pasando por la posproducción, publicidad, boletos vendidos y ventas a plataformas digitales y televisión o, en su momento, DVD y Bluray.
"Es una inversión que nunca se pierde sino que se pospone su recuperación por la vida propia de las películas", comenta Víctor Ugalde, cineasta e investigador, presidente del Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas.
El año pasado el Fidecine otorgó a 10 proyectos un tope máximo de 6 millones de pesos, de este dinero, la iniciativa privada aportó entre dos y 2.5 pesos por cada uno.
Y ahí comenzaba la cadena del IVA...
"El objetivo de la Secretaría de Hacienda, dicho por sus propias palabras, ha sido ampliar la base gravable y aumentar la captación tributaria y todo esto sucede entonces cuando se hace una película y ésta circula por la cadena productiva. Todos tienen que pagar impuestos, moviéndose todo eso", abunda Ugalde.
En promedio una cinta nacional cuesta, de acuerdo con el Imcine, 17.2 millones de pesos.
Eso significa que tan sólo en la producción, Hacienda recibía la cantidad de un millón 750 mil pesos por concepto de IVA.
Para el estimado en este ejercicio, se tomó en cuenta un IVA de 15% (aunque durante este periodo pasó a 16%).
Además, a los ingresos derivados de la producción se incluyen los generados por conceptos de publicidad y venta de boletos.
No así los generados por dulcería, transmisión por televisión, DVD, Bluray o por plataformas digitales.
Recaudan millones
De 2002, año de su creación, hasta diciembre de 2019, el Fidecine autorizó el apoyo de 289 largometrajes, de los cuales se cancelaron 64 a petición del propio interesado o por no consolidar su esquema financiero dentro del plazo otorgado.
Se han estrenado cerca de 200 filmes que, en conjunto, han vendido 81 millones de boletos, casi la tercera parte de lo conseguido en los últimos 18 años para la cinematografía nacional.
Hasta ahora, el Fidecine ha invertido mil 454 millones de pesos en producciones.
Por contrato, cuando una película comienza a obtener ganancias, debe ir devolviendo el dinero proporcionado por el fideicomiso para que se reinvierta en más historias.
Datos de productores señalan que existen 10 títulos que en conjunto ingresaron a las arcas del fideicomiso más de 130 millones de pesos.
El mayor aportante ha sido de la película No se aceptan devoluciones (2013), de Eugenio Derbez, que recibió 10 millones de pesos del Estado, pero ha devuelto hasta ahora, 51 millones de pesos.
En la lista continúan la animación Una película de huevos (2006) y la cinta de terror Kilómetro 31 (2007), ambas apoyadas con 7 millones de pesos, pero que han generado para el Fidecine 20 millones y 12 millones, respectivamente.
De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, los fideicomisos eran opacos en el manejo de recursos. Su extinción, aseguró, no impactaría negativamente en quienes recibían los apoyos, pues serán los mismos, pero ahora sin intermediarios.
Se prevé que la siguiente semana el Senado ratifique o rectifique la decisión de la Cámara Baja que votó por su eliminación. Hasta ahora sólo se sabe que las funciones que tiene Fidecine para apoyar al cine nacional las adquirirá el Imcine a través de un programa especial que buscará transparentar sus reglas.
"El dinero no está en riesgo y existe también un estímulo fiscal (Eficine) con el que se hacen 60 películas al año", indicó esta semana José Miguel Álvarez Ibargüengoitia, coordinador técnico del Imcine.
Para el productor Billy Rovzar, quien ha realizado cintas como Matando cabos y Salvando al soldado Pérez, ambas con recursos de Fidecine, sería lamentable que éste desapareciera, aunque esto no impediría la realización de películas nacionales.
"Encontraremos la manera de seguir haciendo contenido aunque nos quiten el dinero, pero sería muy triste y regresar a la prehistoria de la posibilidad de producir películas", considera.
Marina Stavenhagen, exdirectora del Imcine y actual vicepresidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, recuerda que al final de todo, deben buscarse mejores condiciones para el cine nacional, no sólo para su realización sino en su exhibición.
"Pocas películas logran recuperación y la mayoría no llega en condiciones de equidad con las de Estados Unidos, por ejemplo, que llegan con mucha publicidad", apunta.
Resalta que por cada peso que ingresa en taquilla actualmente, sólo unos 20 centavos se dividen en partes proporcionales entre los productores.
"No es medir el retorno o qué tanto puede recuperar recursos, es absurdo cuando las condiciones del propio mercado, de la exhibición, no lo permiten, por eso trabajamos en los cambios a la ley de cine", dice Stavenhagen.
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