DE COSAS VARIAS  Semáforo rojo

Semáforo rojo
Esta semana nos llegó la noticia de que el número de contagios por coronavirus iba en aumento, lo que volvió nuevamente al Estado a semáforo en rojo después del avance significativo que se tenía en la reapertura de algunos giros comerciales.
Junto con este rebrote de Covid-19 en la región, viene la restricción en la reapertura de otros giros de establecimientos y servicios, como lo son las guarderías; actividad sumamente esencial, sobre todo porque la mayoría de las madres trabajadoras ya están en labores desde hace semanas.
El Subcomité de Salud anunció que deberá analizar muy a fondo esta posibilidad para evitar que este repunte en el número de contagiados por el virus (el cual a leguas se antojaba predecible), termine por cerrar los establecimientos que ya estaban autorizados para operar.
Sin duda una decisión difícil; por un lado, ninguna madre busca arriesgar a sus bebés y niños a contraer la enfermedad. Por el otro, la necesidad de las mismas madres trabajadoras de acortar el tiempo en el que de alguna u otra manera, han logrado hacerse cargo del cuidado de los infantes a la vez que laboran.
Casos habrá miles, algunas familias se apoyarán con los abuelos, con los padres, con sus hermanos, algunas otras pagarán a una empleada doméstica y las más radicales tendrían que prescindir del trabajo de uno de los padres de familia para poder atender como se debe a los hijos.
Todo lo anterior con los asegunes que cada caso en particular conlleven.
Me refiero a que en cualquiera de los casos todas y cada una de las circunstancias a las que nos orillemos supondrá un gasto de tiempo y dinero, pero sobre todo un sacrificio adicional a lo que la ‘nueva normalidad’ ya nos ha hecho sacrificar.
Según el mismo Subcomité de Salud, lo preocupante, lejos del incremento en el número de casos, es el número de hospitalizados en la Unidad COVID.
Por cierto: esta misma semana se inauguró el Hospital Móvil 2 por el Gobernador del Estado Miguel Riquelme, precisamente previendo este desabasto de lugares en los hospitales.
Y en ese contexto, claro que es un tema que debe tomarse con pinzas y con la mayor conciencia de lo que puede suceder.
Entonces ¿qué es lo correcto?
Definitivamente esto pone en apuros a todas las trabajadoras, pero además a todos los comercios que ya iban adaptándose a la nueva normalidad. 
Ya que, a raíz de esta nueva problemática dentro de la pandemia, se hace necesario un recorte de horario aún más restrictivo a los negocios ya establecidos y que poco a poco iban tomando ritmo.
Una hora menos al comercio. Una hora más de encierro.
Difícil sería decir qué es lo correcto; a estas alturas cada familia, cada negocio, cada habitante, tendrá sus propias convicciones... sus propias necesidades. 
Lo que es cierto es que indudablemente todo esto nos sigue afectando de una manera que nunca se había visto y tratamos de seguir adaptándonos, pero ¿hasta cuándo lograremos hacerlo?
Nosotros como sociedad tendremos la obligación de saber seguir en la medida de lo posible las recomendaciones del sector salud.
Las actividades no pueden simplemente parar, así como así, ya hemos visto las consecuencias. Sin embargo, sí podemos colaborar a que los contagios disminuyan para poder seguir avanzando dentro de esta pandemia.
Y entonces nos preguntamos: ¿siempre sí o siempre no? Pues, bueno, mi estimado lector, eso depende de nosotros.

Twitter: @rockrdz
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