‘El IMSS curó mis alas’

‘El IMSS curó mis alas’
REDACCIÓN/EL TIEMPO

María Elena Nieto Tristán, de 78 años de edad ingresó con las alas rotas al Centro de Seguridad Social del IMSS y con el ánimo por los suelos, buscó ayuda para curar las heridas de la depresión que estaba sufriendo.

A 27 años de ingresar al CSS, María Elena asegura entusiasmada que como abuela ahora vive la mejor etapa de su vida. Tiene 55 años de matrimonio, tres hijos, ocho nietos y casi 10 bisnietos, -porque otro viene para diciembre-.

El 12 de julio de 1991 su vida como ama de casa dio un vuelco. Su esposo se electrocutó en un accidente y afirma que el mundo se le vino encima. Como mujer de hogar, no sabía desempeñarse en otros trabajos.

La situación le trajo depresión, ya no era tan joven y sentía la necesidad de expresar sus sentimientos. Un día se encontró con cartel en el Seguro Social IMSS para invitarla a un grupo de personas deprimidas, con estrés y enfermedades crónicas degenerativas.

“Era un grupo de 60 personas que nos sentíamos muy felices porque éramos escuchados y tomadas en cuenta, todo eso además del cariño y el amor de mis compañeros, me fueron curando las heridas”, expuso.

Como abuela lamenta los casos de adultos mayores que viven en situación vulnerable y en abandono. Las ocupaciones de los hijos y el no aceptar el paso del tiempo hacen estragos en quienes no están preparados para entender el paso de los años.

“Tenemos que entender que como abuelos ya no somos el centro de atención de nuestros hijos, pasamos a segundo término porque así tiene que ser, nosotros ya disfrutamos de ellos”, expresó.

Asegura que es importante que todos los adultos mayores encuentren un pasatiempo, tener amigos, platicar sus problemas, cultivarse, comer bien y hacer ejercicio para tener una vida más plena y saludable.

Su esposo es pensionado de Fertilizantes Mexicanos. Se pensionó y pese a su grave accidente sobrevivió. Aunque sufrió secuelas por la descarga eléctrica, aún puede mover sus manos y trabaja como carpintero.

“QUE BAILEN UNA CUMBIA”

Al cuestionarle que les diría a los abuelos que están tristes, María Elena responde entre risas que se pongan a bailar una cumbia. Comenta que la danza o cualquier expresión de arte cura el alma y brinda paz y felicidad.

Mientras realiza sus prácticas deportivas, dice que el IMSS se convirtió en su segunda casa. La bella abuela de cabellos dorados con hilos de plata invita a más gente a integrarse a este grupo y aceptar su edad.

“Yo llegué con las alas rotas y volví a volar como un águila, me siento y triunfadora y feliz”.

NO SE QUITEN LA EDAD”

Hay gente que se quita la edad porque la vejez la edad les da pena. En el caso de María Elena expone que acepta su realidad y se siente orgullosa de ser una mujer experimentada y cada arruga en su cara representa las huellas de su paso por esta vida.

“Las abuelas somos lo máximo y tenemos una mejor actitud ante la vida, disfrutamos a los nietos más que a nuestros hijos y tomamos los problemas con más calma”, añadió.

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