Entrega Dallas Business Journal reconocimiento a mujer Saltillense
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A Aiza Fernanda José Sánchez le ha costado trabajo aprender que la perfección no existe[/quote]
VANGUARDIA/EL TIEMPO
La saltillense Aiza Fernanda José Sánchez recibió ayer un reconocimiento de manos del Dallas Business Journal.
La ingeniera originaria de esta Ciudad fue condecorada ayer lunes con el premio “2016 Women in Business Award” al lado de 24 mujeres radicadas en el norte de Texas de diferentes nacionalidades. Ella es la única mexicana distinguida.
Aiza Fernanda estuvo junto a seis mujeres afroamericanas, una del Medio Oriente y el resto son originarias de Estados Unidos que fueron distinguidas.
El objetivo de este premio es reconocer el trabajo de las mujeres destacadas en su profesión que incluyen diversas ramas de la industria, así como del servicio comunitario del Estado de Texas.
“Es un honor muy grande que implica una gran responsabilidad porque cuando uno recibe un premio es porque se define como un modelo. Gracias a Dios tengo muchas cualidades, pero como cualquier otra persona también tengo muchos defectos. Es un honor pero también es una gran responsabilidad”, afirmó José Sánchez en entrevista con VANGUARDIA.
Aiza Fernanda José Sánchez se ha destacado por ser una estudiante modelo, una hija ejemplar y una excelente profesionista. Pero ¿qué hay de su vida personal? ¿Cómo logra un equilibrio? ¿Qué es más importante en su balanza de prioridades?
EL ÉXITO LO DEFINE COMO EL
EQUILIBRIO DE UNA PERSONA
“Para mí el éxito no lo define únicamente el lado económico, profesional o el familiar; pienso que se trata de un equilibrio de todas las cosas que son importantes para ti. Yo le doy un valor distinto a cada uno de los ámbitos: la familia, salud, amigos, profesión, espiritualidad, en realidad el éxito es relativo. Si se va la balanza más para un lado, deja de ser éxito”, dice convencida.
Parecería fácil aunque no ha sido alcanzar el éxito cuando se tienen tantas responsabilidades en una firma de tanto prestigio como en la que trabaja, pero Aiza ha logrado tejer una red de apoyo con su esposo Carlos Alberto Hernández Gutiérrez y con algunos amigos de confianza que “salen al rescate” cuando se trata de recoger a sus hijos Diego Alberto y Carlos Fadul en el colegio o alguna reunión.
“Lo más importante es establecer prioridades, tiempos… Muchas veces las personas tenemos que aprender a convivir con algunas situaciones y saber qué es más importante que se debe cumplir. Si el objetivo siempre es alto y la meta siempre es alta, tenemos que aprender a ajustarnos con base a las circunstancias. Tenemos que priorizar y poner en la balanza los valores en función de la importancia”. Asegura que ella no podría haber logrado llegar al éxito sin esa red conformada por su esposo, sus amigos locales y su familia.
18 AÑOS FUERA DE CASA
En los 18 años que tiene lejos de casa Aiza ha aprendido a valorar su vida, su trabajo y su familia. Aiza visita Saltillo tres, cuatro o cinco veces al año… o en realidad cada que tiene tiempo y su trabajo se lo permite.
“Extrañamos mucho a la familia, a los amigos. Se trata de un precio que se paga muy alto”, agrega.
Durante sus visitas aprovecha y camina las principales calles porque le recuerdan su niñez y juventud. En la última visita que realizó durante el verano salió de la mano con su esposo Carlos desde la casa de sus padres —en la colonia República— hasta el centro de la Ciudad.
“Aquí fue donde tomé mis primeras clases de piano, mi maestra nos llevaba a los conciertos… En este lugar fue donde tomé mis clases de gimnasia olímpica… y en la Casa Purcell fue donde vi una exposición”, —contaba en ese momento emocionada a su marido.
Para Aiza, siempre hay una vivencia que le recuerda personas con las que ha convivido y tenido la fortuna de compartir su niñez, adolescencia, juventud y su carrera. Ella dice que eso es lo más importante, porque cada rincón les recuerda algo de esa época.
“Para mí es lo más importante, porque es donde naces, creces, es el lugar donde está mi corazón. Aparte de la familia y los amigos, que es lo que más extraño. Saber que cada área de la Ciudad tiene una memoria de algo entrañable que siempre llevamos con nosotros”, dice llena de nostalgia.
EL ÉXITO NO CONOCE FRONTERAS
La última vez que Aiza pensó que era el fin del mundo fue cuando sacó un ocho en su boleta de calificaciones. No era para menos, mientras el resto de los niños pasaban el tiempo viendo televisión o jugando en la calle, ella “devoraba” libros, tocaba el piano, asistía a clases de gimnasia olímpica y además le daba tiempo para practicar tenis, volibol y basquetbol.
Aiza Fernanda José Sánchez no se permitía sacar un nueve y menos un ocho cuando fue siempre la mejor de su clase. Su autoexigencia le imponía siempre ir un paso delante de los otros, tal vez por eso siempre se destacó por ser una estudiante modelo durante toda su vida.
Fue alumna distinguida en los colegios Montessori, La Paz, Ignacio Zaragoza —donde fue elegida en un programa de intercambio en Dakota del Norte, EUA— y en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Saltillo de donde se graduó como ingeniero industrial.
Durante su carrera siempre llevó sobrecarga académica que le valió aventajar un semestre en una carrera que exigía cuatro años y medio de estudios.
Luego fue distinguida en Los Pinos con la presea a los mejores estudiantes de México entregada por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. El premio también le ofreció una beca para estudiar una maestría en Ingeniería Industrial en la Universidad de las Américas en Puebla, aunque ésta la transfirió por motivos profesionales al ITESM en Monterrey.
Como proyecto de tesis elaboró un programa piloto de recolección de residuos en la colonia Guanajuato donde —en colaboración con el Ayuntamiento de Saltillo— utilizó el sistema de recolección para separar materiales reciclables y orgánicos que le ayudarían a ejecutar un programa de recolección para enseñar a los residentes a separar la basura. Ese fue su primer contacto con la comunidad.
A pesar que tenía todos los conocimientos acerca de los procesos productivos en la industria, Aiza tenía la inquietud de continuar con la protección al medio ambiente y logró ser aceptada en una beca del Conacyt en la Universidad de Texas, en Austin. Tras seis años de estudio obtuvo el título de maestría en Ingeniería Civil con especialidad en Ingeniería Ambiental y un doctorado en Ingeniería Ambiental.
Durante el tiempo que estuvo en la Universidad de Texas recibió la beca económica “Apertura” dirigida especialmente a estudiantes mexicanos que le sirvió para comprarse su primera computadora, un escritorio y una impresora, porque eran herramientas que necesitaba para ser más efectiva en sus estudios.
“Sigo siendo un poquito de nerd, me encanta estudiar. Siempre luché por hacer mi mejor esfuerzo y lograr las mejores calificaciones que podía. Realmente a veces buscaba el grado del perfeccionismo pero con el tiempo he aprendido a controlar y a aceptar que no existe, que es algo relativo… que lo que puede ser para mí una prioridad, para otros no lo será”, dice convencida.
El perfeccionismo le ha ayudado a establecer objetivos altos que la hacen esforzarse aún más; dice que sin la tenacidad, no sirve de nada ser perfeccionista, y a veces es necesario cambiar la estrategia según las circunstancias para lograr lo que desea.
Con el tiempo Aiza también ha aprendido a reconocer su dificultad para decir “no puedo”, porque ella siempre intentará hacerlo todo, aunque no siempre pueda ser la mejor.
“He aprendido en la vida que tal vez no siempre voy a ser la mejor, tuve que aprender que no siempre tenía que ser la mejor en todo, que voy a tener fuerzas y debilidades, pero incluso en las cosas que no ha logrado destacar… si me gustan las continuo haciendo aunque no destaque, pero si no, ¿para qué seguir?”.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
Los estudios y experiencia que ha obtenido durante su carrera profesional le han valido ser reconocida con el premio “2016 Women in Business Award” al lado de 24 mujeres radicadas en el norte de Texas de diferentes nacionalidades. Ella es la única mexicana distinguida.
La entrega del premio fue ayer lunes 22 de agosto y la saltillense estará junto a 6 mujeres afroamericanas, una del Medio Oriente y el resto originaras de Estados Unidos que serán distinguidas por el presidente Barak Obama. El objetivo de este premio es reconocer el trabajo de las mujeres destacadas en su profesión que incluyen diversas ramas de la industria y en el servicio comunitario.
Para Aiza este premio significa poner un ejemplo sobre la labor de las mujeres y servir como modelo de otras.
“Es un honor muy grande que implica una gran responsabilidad porque cuando uno recibe un premio es porque se define como un modelo. Gracias a Dios tengo muchas cualidades, pero como cualquier otra persona también tengo muchos defectos.
Así que proporcionar una imagen adecuada, especialmente a otras mujeres más jóvenes especialmente a otras mujeres que están luchando por tener una carrera exitosa. Es un honor pero también es una gran responsabilidad”.
Aiza trabaja en Gresham, Smith and Partners, una empresa de consultoría civil donde se encarga de desarrollar diferentes proyectos de ingeniería civil como: carreteras, plantas de tratamiento de agua residual, puentes, proyectos de obras públicas, transporte y desarrollo urbano.
He aprendido en la vida que tal vez no siempre voy a ser la mejor, tuve que aprender que no siempre tenía que ser la mejor en todo, que voy a tener fuerzas y debilidades
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