WASHINGTON.- El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó hoy un nuevo acuerdo por dos años de la Línea de Crédito Flexible (LCF) para México por 88 mil millones de dólares, y canceló el acuerdo anterior por 67 mil millones.
Aunque el nuevo monto representa un aumento de 32 por ciento respecto al del acuerdo anterior, el fondo señaló que las autoridades mexicanas manifestaron su intención de asignar al acuerdo un carácter precautorio.
David Lipton, Primer Subdirector Gerente y Presidente Interino del Directorio del FMI destacó los sólidos fundamentos de las políticas macroeconómicas implementados por el gobierno mexicano y su resistencia ante recientes choques externos.
Dijo que la política monetaria está guiada por objetivos de inflación en el marco de tipo de cambio flexible, y la fiscal se rige por la ley de responsabilidad fiscal, además de lo cual las autoridades buscan una consolidación que llevará la relación deuda pública-PIB a una trayectoria descendente en el mediano plazo.
Hizo notar que el marco de regulación y supervisión financiera continua siendo sólido, y anticipó que el crecimiento a mediano plazo deberá beneficiarse de una serie de reformas estructurales en proceso de implementación.
“La economía mexicana ha mostrado una impresionante capacidad de resistencia en los últimos años en el contexto de una desaceleración del crecimiento mundial”, dijo, aludiendo el sostenido crecimiento, una baja inflación y un sólido sistema financiero.
Lipton, reconoció empero que los fuertes lazos de México con la economía global lo exponen a riesgos externos, recordando que los riesgos a la baja del crecimiento mundial han aumentado y la volatilidad en los mercados financieros globales ha aumentado.
Lipton precisó que pese al incremento en el monto, la LCF continuará desempeñando un importante apoyo a la estrategia macroeconómica de las autoridades al proveer un seguro contra riesgos externos mayores, a la vez que apuntala la confianza de los mercados.
La LCF fue creada el 24 de marzo de 2009 como un instrumento para fortalecer la posición de los países en los mercados financieros, reconociendo su fuerte desempeño económico y la solidez de sus fundamentos macroeconómicos.