MARCO ESCALERA/REPORTERO
En su último día como secretarios senerales de las Secciones 288 y 147, Eduardo Jordán Mancha y Héctor Soto García, coincidieron en que el mejor sabor de boca que les dejó la dirigencia local respectivamente, fue el recuento ganado donde se deslindaron del Sindicato Minero para formar parte del Sindicato Nacional Democrático.
Por su parte, Eduardo Jordán dijo que estos cuatro años le deja una experiencia maravillosa ya que representó a 2 mil 400 trabajadores sindicalizados, con un orgullo saber que apoyó durante este tiempo a estos obreros.
La experiencia más amarga que le dejaron estos cuatro años, fue la destitución del ex Secretario General Nacional, Sergio Medina Ibarra, a quien lo considera un amigo, pero en su momento como 288 fue el trampolín para que se diera esta destitución, lo que le hace sentir mal.
Sin embargo, el mejor sabor de boca que le deja la dirigencia local, fue haber ganado el recuento, una actividad totalmente satisfactoria, donde reconoció que le tocó vivir esa experiencia en la que reconoció que la gente no respondió como pensaron o querían, pero finalmente se obtuvo el triunfo.
Entre otros logros importantes que le dejan buen sabor de boca, dijo que es el de lograr la continuidad del grupo café en la Secretaría General, ya que llevan tres generales consecutivas las que se ganan, cuando normalmente sólo se ganaban dos y Patricio Quintero sería el tercero.
Al cuestionarle, qué sigue ahora para Jordán Mancha, dijo que primero tomará unas vacaciones e inmediatamente formará parte de los retiros voluntarios pidiéndole a la empresa su baja.
Por el otro lado, Héctor Soto García, quien sólo estuvo al frente de esta dirigencia por seis meses, dijo que también le deja buen sabor de boca el recuento ganado, así como la responsabilidad de una Secretaría General donde aprendió muchas cosas entre ellas la intervención afín de la base obrera.
Su siguiente paso, es regresar nuevamente a laborar a su departamento de Laminadora en Frío apoyando desde el interior de AHMSA a su comité, sin tener algún proyecto sindical en mente.