REDACCIÓN/EL TIEMPO
“La sensibilidad del médico nunca se pierde y más cuando se trata de niños que podrían ser tus hijos”, asegura Juan Manuel González Ramírez, el Cirujano Plástico de la Cínica 7 del Seguro Social que le regresó la sonrisa a José Gustavo, el pequeño que fue atacado por un perro pitbull.
Es originario de Torreón Coahuila, desde muy joven soñó con ser doctor y devolver la apariencia a la gente que por alguna circunstancia sufrió alguna herida, lesión, quemadura o deformidad. Hoy con orgullo forma parte de los médicos del IMSS.
En entrevista en relación a la cirugía que practicó al niño sabinense, afirma que este caso de éxito se debe a la dedicación, unidad y excelente recurso humano con que cuenta el Instituto incluso también resaltó la labor del Anestesiólogo General, Cruz Ichel Pérez Maldonado.
“A mí me sorprendió mucho cuando fui a revisar al niño a urgencias, llegó muy tranquilo, no estaba llorando pero su madre estaba en shock, muy estresada y era lo esperado”, expresa el doctor.
El área de la mordedura -en la mejilla izquierda-, presentaba pérdida de tejido, piel y grasa, un área como de diez por ocho centímetros, sobre la profundidad, entraba hasta la boca; todo el espesor de la mejilla.
También presentaba mordidas en el cuello, una de ellas -informa el médico -, que hubiera sido fatal de haber avanzado un centímetro más porque estaba al nivel donde pasa el paquete bascular de cuello, la arteria carótida y la vena yugular.
Tras darse cuenta de la gravedad del caso, comenta que le indicó a la madre que el plan era tratar de salvar todo el tejido que se pudiera y avanzar con miras a una segunda cirugía. Por fortuna el objetivo se logró en la primera.
Precisó que no se detectaron daños en la arteria facial que viene del cuello, la rama bucal del nervio facial tampoco estaba afectada ni en el conducto que lleva la saliva de la glándula parótida que estaba expuesta.
Cuatro horas duró la operación de tipo “reconstrucción con colgajos locales”, más exploración de estructuras; -significa tomar tejidos en buen estado, del que está al lado, del tejido dañado, levantarlo y avanzarlo para poder cerrar el defecto”.
La exploración fue con uso de lupas especiales para magnificar las imágenes, en este caso la mordida fue de ocho por diez centímetros, tenía un musculo dañado –buccinador- que se reparó también con previo lavado.
Antes de las operaciones, expone que primero se revisa al paciente y se realizan las pruebas necesarias comenta el especialista en Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva quien trabaja de lunes a viernes en el Seguro Social.
Realiza intervenciones de dos o tres veces a la semana, o más si es necesario, como en este caso que se trataba de una urgencia. Los demás días consulta a pacientes.
Asegura que siempre hay casos complejos. “La verdad es que la cirugía plástica reconstructiva es muy bonita, a mí me gusta mucho porque tienes que reconstruir muchas estructuras que están dañadas”.
Cuando hay lesiones de brazos y antebrazos, por donde pasan muchas arterias, venas, tendones, nervios, las operaciones llegan a extenderse más de cinco horas, todo el turno. “Hay que buscar todas la estructuras y tratar de repararlas”.
COMO ERAN ANTES
“Lo ideal es dejar a los pacientes lo más parecido a como eran antes de un accidente”, responde el médico y revela que han tenido casos que han reparado hasta 12 tendones y musculo, tres nervios y las dos arterias del brazo.
Las intervenciones por antebrazo son las más comunes, otra parte es la atención de los niños con labio y paladar hendido, deformidades congénitas y accidentes de las manos; atención de pacientes quemados.
Cualquier herida que otro cirujano no puede cerrar ahí entra la reconstrucción, sostiene el médico quien aclara que en el IMSS se realizan sólo cirugías reconstructivas y no estéticas.
Al cuestionarle sobre su especialidad, destaca que por el momento es el único en el Hospital General de Zona No 7 y que cuenta con amplia experiencia, es originario de Torreón y ha estado también en Acuña, en Monterrey, México y en Brasil.
Al enterarse de la relevancia que tomó el caso ante la opinión pública y de los comentarios positivos en redes sociales, respondió que sentía satisfacción.
“Pues no te voy a negar, te sientes útil más que nada, se siente bonito aunque la verdad es que no hicimos nada extraordinario para eso estamos preparados, es nuestra obligación”, expresa con humildad.
LA SENSIBILIDAD DEL CIRUJANO
“No, jamás se pierde la sensibilidad, eso no debe de ser, cuando tienes hijos y aunque no los tengas, se siente algo, con adultos también porque se supone que te gusta lo que haces”, sostiene.
Asegura que la madre del menor le comentó que creía en Dios y reconoce que la fe, la buena actitud, el equipo fueron piezas claves porque se trataba de una situación difícil por el lugar de la mordida y el tamaño del perro.
Respecto a los ataques de perros, señaló que le ha tocado realizar reconstrucciones causadas por mordeduras en cara, brazos, piernas y abdomen; Los ataques de pitbulls, son las más comunes, pero también hay casos de labradores y schnauzer.
RECONOCE LABOR DE EQUIPO
Al cuestionarle sobre los elementos que se conjugaron para este caso de éxito respondió que ningún cirujano puede hacer nada sino tiene un anestesiólogo para mantener con vida a los pacientes.
Reconoce al equipo médico, al instrumentista, circulante. “Todos somos parte y todos hicieron muy buen trabajo”, enfatiza. En ese momento había una sala libre en el quirófano, lo que también ayudó.
LA PREVENCIÓN ES PRIMERO
Destaca que en invierno aumentan las hospitalizaciones de pacientes quemados por cohetes, por agua caliente debido a la falta de precaución de la gente es por eso que deben de tomar medidas, hay casos de niños con quemaduras por agua caliente.
“Para mí lo ideal es que yo nunca hubiera conocido al niño, que nunca hubiera pasado eso”, destaca.
Recomienda a los padres estar siempre al pendiente de los hijos para evitar accidentes y casos como el de José Gustavo.