Agencias/El Tiempo
Ciudad de México.- Tal vez los Tigres no sean un equipo considerado grande en gran parte del territorio nacional, pero esto a ellos no les importa cuando han monopolizado el balompié mexicano a su antojo. La Universidad Autónoma de Nuevo León sumó esta noche ante Monterrey su sexto título de liga por un sufrido 1-2 (3-2 global) y oficializa la era de la 'U' en el futbol mexicano.
El estadio Bancomer cerró con broche de oro un torneo Apertura 2017 que vaya que guardó lo mejor para el final. Imaginen ver frente a frente a los dos mejores equipos de México en la Final más pareja que se recuerda en los últimos años. Una semana no fue suficiente para disfrutar un platillo tan lujoso como dos Clásicos Regios en cuatro días.
Tras lo visto el jueves en el 'Volcán', todo indicaba que Monterrey tenía la mesa puesta para coronarse de una vez por todas en su nueva casa, pero con Tigres enfrente uno nunca sabe, incluso, los locales destaparon temprano la champagne con un gol a los seis minutos de Dorlan Pabón; global 2-1 pero mucho tramo en el camino.
.Vargas, como lo hizo en los Cuartos de Final, en el Estadio León, mandó a callar a la grada norte del 'Gigante de Acero' con un remate en los límites del área que más que silenciar al estadio, fungió como catapulta para comenzar a forjar la sexta estrella en el escudo del equipo que defiende en el pecho.
Francisco Meza mostró carácter y gallardía no solo para defender cuantas veces pudo su arco; también se encargó de anotar el gol del título con un solvente remate de cabeza que Hugo vio pasar con angustia y cierta resignación.
El líder del torneo no se iba a morir de nada, sería faltarle al respeto a la espléndida campaña que realizó y la brutalidad con la que eliminó a sus rivales en el camino a la Final. Por derecha, izquierda, centros y gritos de gol contenidos, Rayados intentó con todo empatar el partido y obligar a los tiempos extras.
Quizá la que todo aficionado a Monterrey recordará esta y muchas otras noches, será aquella al minuto 82; ninguna más clara en todo el partido que el penal que Avilés Hurtado mandó a las gradas del estadio y transformando el mismo en un auténtico sepulcro.