ESMERALDA BARRERA/REPORTERA
FRONTERA, COAH.-Más de 51 mil mujeres víctimas de violencia intrafamiliar han sido atendidas mediante los Centros de Justicia de la Mujer en todo el Estado, de las que se han girado 12 mil medidas de protección como restricciones, apercibimiento, desalojo del cónyuge o hasta el resguardo en refugios emergentes ante la gravedad de la situación en que se encontraban.
Así lo señaló la Directora general de los Centros de Justicia para la Mujer Katy Salinas Pérez, tras destacar que son más de 360 mil los servicios que se han otorgado a víctimas de violencia intrafamiliar, ya que un mismo caso llega a requerir varios servicios.
Señaló que 800 mujeres en peligro han pasado por los resguardos emergentes para ellas y sus hijos, donde cuentan con lo necesario para mantenerse a salvo mientras retoman su vida y se avanza en los trámites en contra del agresor.
Además en los casos de violencia sexual se aplica a todas las mujeres agredidas un kit profiláctico con costo superior a 20 mil pesos.
Dijo que Coahuila tiene el mejor modelo en el País en protección de las mujeres y se ha destinado una millonaria inversión en la que hay mucha gente involucrada para la operación de este modelo de atención a la mujer víctima de violencia, desde médicos, psicólogos, Ministerios Públicos, Policías, trabajadoras sociales, maestros y demás especialistas.
Sin embargo, señaló que falta mucho por hacer respecto a la violencia de género, como lo es que la sociedad identifique la violencia, en su casa, en las calles y en los centros de trabajo y el tipo de violencia que se ejerce, una de estas es la violencia docente y laboral, por lo que estos centros realizan pláticas en maquiladoras con obreros, hombres y mujeres a fin de explicarles las formas de violencia y las acciones para evitarla.
Destacó que uno de los aspectos más importantes para la protección de las mujeres agredidas es la no revictimización, por lo que sólo en el primer acercamiento se le pregunta respecto a la situación que enfrentó, información que va a un sistema al que cada especialista que atienda a la víctima tiene acceso para no volver a preguntar y se reviva la tragedia, porque así es imposible avanzar en la recuperación.