Casi abatidos piensan en desistir

 

ESMERALDA BARRERA/REPORTERA

FRONTERA, COAH. "Derrotados pero vivos y a salvo" es como muchos migrantes prefieren regresar a sus países de orígenes antes de seguir enfrentándose a las corporaciones policiacas en México y agentes de migración que no hacen más que perseguirlos o en el peor de los casos a los ladrones que abundan en las vías del ferrocarril, medio que utilizan para llegar a Estados Unidos.

Provenientes de Livingston, una isla de Guatemala, 5 migrantes descansan sobre las vías del ferrocarril que atraviesan el Libramiento Carlos Salinas de Gortari y a pocos kilómetros de la Frontera con Estados Unidos, piensan en desistir y regresar a sus hogares.

Edwin Meléndez, es quien encabeza el grupo de migrantes que hace más de 2 meses salieron de Livingston Guatemala con un claro objetivo, llegar a Estados Unidos y reunirse con algunos familiares que los alentaron a realizar la travesía para reunirse con ellos, pero que conforme pasa el tiempo reciben de ellos menos respuesta.

Dijo que le acompañan dos hombres y dos mujeres más en el recorrido, amigos y familiares, quienes dudan de seguir en el recorrido y los cerca de 250 kilómetros que les faltan para llegar a la Frontera con Estados Unidos, ya que están cansados del largo viaje, no tienen dinero y los familiares que les prometieron ayudarles con recursos para pagar un coyote no les han respondido.

Destacó que desde que llegaron a territorio mexicano enfrentaron la persecución de policías, Agentes de Migración y ladrones que abundan en las vías del ferrocarril principalmente en las áreas más despobladas, por lo que ha sido un gran penar los cerca de 2 mil 250 kilómetros desde Guatemala.

Recorrido que han realizado durante dos meses, a veces en el tren, pidiendo “aventón” y hasta largas caminatas, hasta que hace algunos días llegaron a este municipio y pese a la cercanía con la Frontera de Estados Unidos están más motivados a desistir de su búsqueda del sueño americano que seguir adelante cansados y sobre todo gastados, porque tienen que estar pidiendo a la gente en los cruces o bulevares para poder avanzar.

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