El suicidio no puede prevenirse con pláticas sino con la solidez del afecto en el núcleo familiar y solicitando ayuda a las instituciones relacionadas para restablecer con terapias la parte afectiva de la persona, consideró la especialista en Psicología, Santos Guerrero García.
El primer nivel de atención en la salud mental es la relación entre padres e hijos, incluso, desde el vientre materno, luego desde niños debe psicoeducarse con atención y afecto, porque crean hijos con una seguridad básica.
Cuando surge un intento de suicidio o se llega a lograr, la persona no tenía sólida la base afectiva, o bien, puede tenerla, pero se distorsiona por el efecto de las drogas, alcohol y depresión, prueba de ello, es que los suicidios generalmente son al estar bajo estos estados, explicó.
Algunas síntomas o alertas que pueden considerarse en una persona que quiere suicidarse es que tenga pensamientos suicidas, que comente 'qué se sentiría envenenarse, matarse o quiero morir', que empiece a regalar cosas, hacer rituales de visitar a familia y amistades como despidiéndose, planear cómo hacerlo, o un asilamiento de todo y todos, señaló.
La psicóloga y encargada del Módulo del Adolescente de la Secretaría de Salud, comentó que las instituciones de atención a la mujer, familia y de los niños, están precisamente para brindar ese auxilio a los padres de familia cuando ven en sus hijos una conducta diferente, o ellos mismos, pero necesitan pedir ayuda, pues no se puede adivinar lo que está pasando en un hogar.
Recordó que hace años estaba una línea de apoyo, que al parecer, pretende implementarse nuevamente, donde las mujeres, hombres o jóvenes llamaban en caso de una situación de emergencia en el estado emocional, como es el suicido o pretender suicidarse.
Manifestó que son los hombres quienes cometen más suicidio y de manera efectiva, regularmente por ahorcamiento, en cambio, las mujeres lo intentan, muchas, por llamar la atención, pues toman pastillas o cortan sus venas, que generalmente pueden ser salvadas.
Los motivos son redundantes por separaciones maritales, problemas económicos o pérdida de empleo, aunque se han dado casos de jóvenes que por un regaño se suicidan, pero eso sólo fue el pretexto, en realidad traían esa falta de amor desde su crianza, finalizó.