AGENCIAS / EL TIEMPO
WASHINGTON.- Un equipo de científicos estadounidenses logró desarrollar una vacuna que podría luchar contra la adicción a los opiáceos. Estos analgésicos son responsables de un importante número de fallecimientos en Estados Unidos y su consumo fue calificado como epidemia por las autoridades del país.
El conjunto de investigadores, dirigido por el científico Kim D. Janda, presentó hoy su trabajo durante un encuentro de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS por sus siglas en inglés).
El grupo ya consiguió preparar una vacuna que combate los efectos del fentanilo, un potente analgésico que provocó numerosas muertes. Ahora, están desarrollando otra que podría servir para luchar contra este opioide y contra la heroína.
Según Janda, existe una necesidad urgente de descubrir medicamentos efectivos para tratar la adicción a las drogas. En un comunicado de la ACS se recogió que los científicos hicieron progresos, pero se enfrentan a importantes retos, ya que las moléculas de los opiáceos son muy pequeñas y no pueden ser reconocidas por el sistema inmunológico. Para solucionarlo, los científicos pretenden vincular las pequeñas moléculas de los opiáceos a otras más grandes para que el sistema inmunológico pueda detectar a estos agentes nocivos y luchar contra ellos.
El consumo de heroína en Estados Unidos alcanzó su punto álgido en las décadas de 1970 y 1980, pero en los últimos diez años el número de muertes por sobredosis se multiplicó por cuatro en el país debido, en parte, a la creciente adicción a los medicamentos contra el dolor.
Una vez que los estadounidenses se hacen adictos a los opiáceos, optan por la heroína, mucho más barata que los medicamentos en el mercado negro. Además, en los últimos años, las autoridades observaron un incremento en el consumo de fentanilo, un analgésico de polvo blanco que es entre 30 y 50 veces más potente que la heroína.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los opiáceos, entre los que se incluye la heroína, fueron responsables de 33 mil 91 muertes en 2015.