EL TIEMPO
La bancarrota en países como EUA o Japón, no tiene el mismo significado legal que se tiene en México. La bancarrota en esos países es el equivalente a la suspensión de pagos, similar a la que tiene/tuvo AHMSA desde 1999. La suspensión de pagos, dicho de manera escueta, implica la reestructura de deudas con sus acreedores y no necesariamente el cierre de sus operaciones, aunque sería el primer paso, en caso de no llegar a un acuerdo con los acreedores. Para las empresas nacionales y extranjeras, como TAKATA, las reestructuraciones de deuda y de sus finanzas per-se, implica la disminución de sus gastos, y la disminución en sus costos de producción. Para empresas como TAKATA, los lugares en donde puede aplicar la disminución de sus costos, es en donde más altos los tiene, que son precisamente en EUA y Japón. Esa disminución puede implicar, como ha sucedido con muchas empresas con subsidiarias o empresas filiales en el extranjero, como TAKATA que tiene varias operaciones en países de bajo costo, como México, trasladar operaciones a los lugares donde precisamente tengan bajos costos de operación. A reserva de lo que pueda representar para TAKATA, la suspensión de pagos o bankrupcy como ellos lo llaman; yo veo una GRAN oportunidad para consolidar las operaciones de TAKATA, en México y por ende que algunas de sus líneas de producción sean trasladadas a nuestro País, para la disminución de sus costos de producción como parte de su reestructura y suspensión de pagos. Las desgracias en otros lugares, pueden representar oportunidades en México, así como su cadena de suministro.