— Alberto Solís 21/12/2025
El asesinato de Brisa Isela Castellanos Márquez evidencia omisiones institucionales en Nueva Rosita y cuestiona la eficacia de autoridades en proteger a menores.
Caso Brisa Isela: fallas que cuestan vidas
El asesinato de Brisa Isela Castellanos Márquez, niña de 12 años, reveló una grave cadena de omisiones institucionales en Nueva Rosita, Coahuila. A pesar de destacarse académica y deportivamente, su historia estuvo marcada por violencia familiar y abandono, sin recibir protección efectiva de las autoridades.
Durante meses, Brisa Isela fue reportada desaparecida en al menos cinco ocasiones, cada alerta sin seguimiento real ni acciones preventivas, incluso con indicios claros de maltrato y riesgo. La falta de intervención permitió que la violencia se agravara hasta su trágico desenlace.
Investigaciones y controversia
Tras su desaparición definitiva en junio, el presunto responsable identificado fue Luis Ángel Gutiérrez Cortés, alias El Tornado, y se reveló la participación de su tía, docente, en el encubrimiento del crimen.
El actuar de la Fiscalía General del Estado ha generado polémica por decisiones como traslado del caso, cambios de defensa legal y ajustes en medidas cautelares, que podrían beneficiar a la presunta cómplice.
La abogada de la familia, Brenda Yanet Meza Pérez, denunció presiones, parcialidad ministerial y manipulación de la denunciante, advirtiendo que el proceso podría concluir con beneficios legales para el feminicida. Este caso evidencia no solo un crimen atroz, sino un sistema que falló en proteger a la menor.
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