— Redacción El Tiempo 21/12/2025
El infarto agudo de miocardio constituye una urgencia médica de alto riesgo, pero sus manifestaciones clínicas no son iguales en hombres y mujeres. Identificar estas diferencias resulta fundamental para lograr un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno, factores que marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
Tradicionalmente, el dolor intenso en el pecho se ha asociado más con los hombres; en contraste, las mujeres suelen presentar síntomas menos evidentes o atípicos, lo que con frecuencia conduce a interpretaciones erróneas o a que se minimice la gravedad del cuadro. Comprender estas variaciones es esencial para una adecuada prevención y atención cardiovascular.
Dolor torácico: presentación típica y atípica
En los hombres, el síntoma más común es el dolor opresivo en el centro del pecho, descrito como presión o aplastamiento, que puede extenderse hacia el brazo izquierdo. En las mujeres, esta molestia puede ser más leve, manifestarse como ardor o presión difusa, o incluso no presentarse, siendo sustituida por otras sensaciones.
Síntomas asociados más frecuentes en mujeres
Mientras que los hombres suelen acompañar el dolor torácico con sudoración fría o mareos, las mujeres presentan con mayor frecuencia náuseas, vómitos, indigestión o dolor abdominal, síntomas que a menudo se confunden con trastornos digestivos.
Cansancio extremo sin causa aparente
La fatiga intensa e inexplicable es mucho más común en mujeres, tanto como síntoma previo como durante el infarto. Puede llegar a ser incapacitante y aparecer días o incluso semanas antes del evento cardíaco.
Falta de aire como síntoma principal
La dificultad para respirar es común en ambos sexos, pero en las mujeres puede ser la manifestación predominante, incluso en ausencia de dolor en el pecho. Puede percibirse como una sensación de no poder inhalar suficiente aire, aun estando en reposo.
Dolor en zonas distintas al pecho
Aunque en los hombres es típico el dolor que irradia al brazo izquierdo, en las mujeres puede localizarse en la mandíbula, el cuello, la espalda alta, los hombros o en uno o ambos brazos, incluido el derecho, lo que favorece diagnósticos incorrectos.
Síntomas de alerta previos en mujeres
Las mujeres pueden experimentar señales previas como alteraciones del sueño, ansiedad o fatiga persistente semanas o meses antes de un infarto, síntomas que con frecuencia se atribuyen al estrés u otras causas no cardíacas.
Factores de riesgo con impacto diferencial
Algunos factores afectan de manera distinta según el sexo. En las mujeres, la diabetes incrementa de forma más marcada el riesgo de infarto, al igual que condiciones específicas como la preeclampsia o la menopausia temprana.
Enfermedad microvascular coronaria
Las mujeres presentan con mayor frecuencia microvasculopatía coronaria, una alteración de los vasos sanguíneos pequeños del corazón que puede no detectarse con estudios convencionales, lo que retrasa el diagnóstico.
Retrasos en el reconocimiento del infarto
La combinación de síntomas atípicos y menor conciencia sobre estas diferencias provoca que muchas mujeres, e incluso profesionales de la salud, tarden más en identificar un infarto, retrasando el acceso a tratamientos que pueden ser decisivos para la supervivencia.
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