— Agencias 19/12/2025
Las mayores empresas de tecnología proyectan un aumento histórico en su gasto de capital en inteligencia artificial, según un informe de Goldman Sachs.
Los principales hyperscalers del mundo, como Amazon, Microsoft y Google, podrían superar conjuntamente los 500,000 millones de dólares en gasto de capital (Capex) para 2026, destinados principalmente a infraestructura de inteligencia artificial. Esta proyección, revisada al alza desde una estimación previa de 465,000 millones, según un informe de Goldman Sachs Research publicado este jueves, subraya la carrera tecnológica en curso.
Proyecciones revisadas al alza para 2026
El análisis de Goldman Sachs Research indica que el gasto de capital de los grandes operadores de centros de datos se situará en 527,000 millones de dólares en 2026. Esta revisión responde a los sólidos resultados del tercer trimestre reportados por las empresas clave del sector de infraestructura de IA. Para 2025, se estima que la inversión anual en esta área oscilará entre 300,000 y 380,000 millones de dólares, según cifras consolidadas del sector.
La IA como eje estratégico corporativo
El incremento proyectado refleja, en palabras del informe, “la creciente importancia de la IA en la estrategia corporativa”. La necesidad de desarrollar y desplegar modelos de inteligencia artificial avanzados está impulsando una expansión sin precedentes en capacidad de cómputo, almacenamiento de datos y redes.
Los inversores se tornan selectivos
A pesar del optimismo en las proyecciones de gasto, el informe destaca un cambio en el ánimo de los mercados. Los analistas advierten que los inversores son “cada vez más selectivos” y han comenzado a alejarse de aquellas compañías cuya expansión en infraestructura afecta negativamente su rentabilidad operativa o se financia predominantemente mediante deuda. Esta divergencia se refleja en el comportamiento dispar de las acciones del sector.
El mercado premia a las firmas con modelos de negocio claros y sostenibles alrededor de la IA, mientras cuestiona a aquellas cuya masiva inversión no se traduce aún en retornos operativos tangibles. Este escenario plantea un panorama donde la carrera por la supremacía en IA estará acompañada de un escrutinio financiero riguroso.
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