— Daniela Cordova 18/12/2025
Entre enfermedad, trabajo y esperanza, una bisabuelita lucha por conservar unida a su familia esta Navidad, y a base de esfuerzo vivir unas felices fiestas al lado de sus pequeños Alexa y Jonathan.
La responsabilidad de dos bisnietos, el acudir diariamente a su trabajo y el cáncer que padece podría vencer a cualquier persona, pero a Doña Mine no. Sobre sus hombros carga tareas complejas y un corazón inquebrantable. Sus fuerzas físicas y económicas están llegando casi al límite, pues en enero deberá entregar a los pequeños a la PRONNIF, pero no sin antes luchar para que los hermanitos no sean separados mientras ella recibe su tratamiento y, sobre todo, intenta regalarles una Navidad llena de amor.
En vísperas de estas fechas decembrinas, su historia se vuelve un reflejo de valentía, entrega y esperanza. A pesar del dolor, del miedo y de la incertidumbre, Doña Mine sonríe al hablar de sus bisnietos y del deseo más grande que guarda en el corazón: verlos felices, juntos y seguros, mientras ella lucha por recuperar su salud.
Una abuelita que asumió un destino inesperado
A sus 65 años, Herminia Méndez Martínez, conocida cariñosamente como Doña Mine, tuvo que hacerse cargo de sus dos bisnietos, Alexa Citlalli Díaz Méndez, de 5 años, y Jonathan Benjamín, de 7. Por azares de la vida, los pequeños quedaron bajo su cuidado, convirtiéndola no solo en bisabuela, sino en madre de tiempo completo.
Trabajo diario y una lucha contra el cáncer que no se detiene
Hace cuatro años le detectaron una tumoración en el riñón, lo que derivó en la extracción de este órgano. Cuando parecía haber superado la prueba, el cáncer regresó, esta vez con un nuevo tumor cerca de la vesícula, obligándola a iniciar un proceso de quimioterapias que ha marcado su vida. Doña Mine trabaja todo el día en un establecimiento de comida, llevando el pan a la mesa. Cada jornada es un reto, pero jamás se ha rendido, pues sabe que de su esfuerzo dependen las sonrisas y el bienestar de los niños.
Ni la enfermedad la aleja de sus responsabilidades
Aun recibiendo quimioterapias, Doña Mine continúa trabajando y cuidando de sus bisnietos. Su esposo Adrián, quien tiene una discapacidad para caminar, la apoya en el cuidado de los pequeños. Juntos enfrentan gastos de renta, agua, luz, alimentos, calzado y necesidades escolares. Dejar de trabajar nunca ha sido una alternativa. Aunque el cuerpo le pide descanso, ella responde con determinación, usando hasta su último suspiro para cumplir con su jornada.
Una noticia que cambió todo
El pasado 10 de diciembre, su vida volvió a dar un giro inesperado. El oncólogo del Seguro Social le informó que el cáncer había regresado y que el 4 de febrero de 2026 deberá ser sometida a una nueva cirugía. Tras la operación, necesitará una cuidadosa recuperación y diálisis cada tres días, lo que hará prácticamente imposible que continúe trabajando fuera de casa. Más allá del procedimiento, lo que más le duele es no poder cuidar de sus bisnietos ni cubrir sus gastos básicos.
Decisión tomada con el corazón roto
En enero ha decidido entregar a los pequeños a la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la Familia (PRONNIF). Sin embargo, su única súplica es que Alexa y Jonathan no sean separados en una casa hogar. Con la voz entrecortada, Doña Mine asegura que, de ser necesario, acudiría a la casa hogar a limpiar o barrer, con tal de ver que los niños crecen bien y permanecen juntos. Sueña con el día en que, al recuperarse, pueda volver a tenerlos entre sus brazos.
Aunque no los engendró, su amor es incondicional
Para ella, Alexa y Jonathan son su razón de vida, su motor y su fuerza para seguir adelante, incluso en los días más oscuros.
Un sueño de trabajo desde casa
Doña Mine sueña con que, al mejorar su salud, pueda trabajar desde casa vendiendo platillos de comida. Asegura que es muy buena para la cocina y planea comprarse una plancha para cocinar, pasando más tiempo con los niños mientras los mantiene.
La ilusión intacta de la Navidad
Reconoce que no vivirán con lujos, pero afirma con orgullo que un plato rico de comida nunca falta en la mesa. A base de sacrificios, también ha comprado pequeños detalles para los niños esta Navidad, y a pesar de su enfermedad, no olvida la ilusión de sus bisnietos por Santa Claus.
Alexa sueña con comer pastel en Navidad, mientras Jonathan asegura que su comida favorita es el espagueti. Los pequeños ya escribieron su carta a Santa, pidiendo un celular, sin saber que las posibilidades de recibirlo son nulas. Alexa ama las muñecas y las casitas, y Jonathan no oculta su pasión por los dinosaurios.
Doña Mine aseguró que, a su manera, sus pequeños vivirán una Navidad especial antes de separarse, llena de amor, abrazos y recuerdos, pero pide el apoyo de la comunidad para no tener que separarse de sus bisnietos de manera definitiva.
La solidaridad puede cambiar esta historia
Como en muchas ocasiones, las manos solidarias de Monclova, Frontera y toda la región centro de Coahuila pueden marcar la diferencia. Quienes deseen brindar apoyo o asesoría pueden comunicarse al 866 277 05 14 o al 866 208 70 76, o bien acudir a su domicilio en Ciudad Frontera, colonia Occidental, privada Porfirio, número 305, casa color gris. Esta Navidad, la esperanza también puede ser un regalo.
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