— Redacción El Tiempo 16/12/2025
La prediabetes es un estado en el que la glucosa en sangre se encuentra por encima de los valores normales, pero aún no alcanza los niveles necesarios para diagnosticar diabetes tipo 2.
Funciona como una señal de alerta importante, ya que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares. Lo más preocupante es que suele pasar desapercibida, debido a que sus manifestaciones son leves o inexistentes. Aun así, reconocer ciertos indicios puede ser clave para detectarla a tiempo y realizar cambios que ayuden a revertirla. A continuación, se presentan nueve señales que podrían indicar la presencia de prediabetes.
Con frecuencia no presenta síntomas El signo más común de la prediabetes es, paradójicamente, no presentar síntomas. Muchas personas pueden vivir con esta condición durante años sin saberlo. Por ello, es fundamental realizar revisiones médicas periódicas, sobre todo si existen factores de riesgo como antecedentes familiares, sobrepeso, sedentarismo o edad avanzada.
Acantosis nigricans Este es uno de los signos físicos más claros de resistencia a la insulina, característica central de la prediabetes. Se manifiesta como áreas de piel más oscura, engrosada y con textura aterciopelada, generalmente en el cuello, axilas, ingles o debajo de los senos. Indica que el organismo está produciendo niveles elevados de insulina.
Cansancio persistente sin causa aparente Sentirse fatigado de manera constante, incluso después de descansar adecuadamente, puede ser una señal de alerta. Cuando la glucosa no logra ingresar de forma eficiente a las células por la resistencia a la insulina, el cuerpo carece de energía y aparece una sensación general de agotamiento.
Mayor sed y aumento en la frecuencia urinaria Aunque son síntomas más típicos de la diabetes tipo 2, algunas personas con prediabetes pueden notar cambios leves. Tener más sed de lo habitual y orinar con mayor frecuencia, especialmente durante la noche, puede ser una advertencia temprana.
Incremento del apetito (polifagia) Sentir hambre constante, incluso después de haber comido, puede estar relacionado con la resistencia a la insulina. Al no poder utilizar adecuadamente la glucosa como fuente de energía, el cerebro interpreta esta carencia como hambre y estimula una mayor ingesta de alimentos.
Visión borrosa ocasional Las variaciones en los niveles de azúcar en la sangre pueden afectar de forma temporal la capacidad visual, provocando episodios intermitentes de visión borrosa. Aunque es más común en etapas avanzadas, también puede presentarse de manera esporádica en fases tempranas.
Infecciones frecuentes o cicatrización lenta El exceso de glucosa en sangre puede debilitar el sistema inmunológico. Esto se traduce en infecciones recurrentes, como infecciones urinarias o candidiasis, así como en una cicatrización más lenta de heridas y cortaduras.
Hormigueo o entumecimiento leve Si bien la neuropatía es más común en la diabetes establecida, algunas personas con prediabetes pueden experimentar sensaciones leves de hormigueo, entumecimiento o pinchazos en manos y pies, lo que podría indicar un daño nervioso incipiente.
Cambios de peso sin explicación o dificultad para adelgazar La resistencia a la insulina suele asociarse con aumento de peso, especialmente en la zona abdominal. Si existe dificultad para perder peso a pesar de esfuerzos constantes, o si se presenta un aumento sin causa clara, podría estar relacionado con la prediabetes.
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