— Redacción El Tiempo 15/12/2025
El corazón funciona como el motor del organismo y su buen estado está estrechamente ligado a la alimentación. Algunos productos, cuando se consumen con frecuencia y en grandes cantidades, pueden alterar el ritmo cardíaco normal, provocar arritmias y aumentar de forma considerable el riesgo de eventos cardiovasculares graves, como el infarto.
Identificar a estos “enemigos silenciosos” es un paso clave para cuidar la salud del corazón y adoptar hábitos más saludables. A continuación, se presentan nueve grupos de alimentos cuyo consumo conviene reducir o evitar.
Alimentos ultraprocesados Desde botanas empacadas hasta platillos listos para calentar, los ultraprocesados suelen contener grandes cantidades de sodio, azúcares refinados, grasas trans y aditivos. Esta mezcla favorece la inflamación, el aumento de peso, la presión arterial elevada y el colesterol alto, factores estrechamente relacionados con arritmias y enfermedades cardíacas.
Bebidas energéticas Estas bebidas aportan concentraciones muy altas de cafeína, azúcar y otros estimulantes como la taurina. Su ingesta puede generar aumentos bruscos de la frecuencia cardíaca, palpitaciones y alteraciones del ritmo, e incluso desencadenar eventos graves en personas sensibles o con problemas previos del corazón.
Exceso de cafeína Aunque en cantidades moderadas puede ser segura, la cafeína en exceso —presente en café, té, chocolate y algunos fármacos— puede provocar palpitaciones y arritmias en ciertas personas. Es importante conocer la tolerancia individual y no sobrepasar las dosis recomendadas.
Grasas trans Comunes en la repostería industrial, alimentos fritos y algunas margarinas, las grasas trans son especialmente dañinas. Elevan el colesterol LDL y reducen el HDL, favoreciendo la formación de placas en las arterias y aumentando de manera importante el riesgo de infarto.
Grasas saturadas (carnes rojas y lácteos enteros) Una ingesta elevada de grasas saturadas, presentes en carnes rojas grasas, embutidos y productos lácteos enteros, puede incrementar el colesterol en sangre y promover la aterosclerosis, lo que dificulta el flujo sanguíneo y eleva el riesgo cardiovascular.
Azúcares añadidos y bebidas azucaradas Refrescos, dulces y postres industrializados favorecen el aumento de peso, la resistencia a la insulina y la inflamación crónica. Estos procesos están vinculados al desarrollo de diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón, aumentando la probabilidad de arritmias e infartos.
Consumo excesivo de alcohol El abuso de alcohol puede afectar directamente el ritmo cardíaco, provocando alteraciones conocidas como “síndrome del corazón festivo”, además de elevar la presión arterial y debilitar el músculo cardíaco con el tiempo.
Carnes rojas y procesadas Productos como salchichas, tocino, jamón y cortes grasos de carne roja contienen altas cantidades de grasas saturadas, sodio y conservadores. Su consumo frecuente se asocia con un mayor riesgo de padecimientos cardiovasculares y alteraciones del ritmo cardíaco.
Alimentos fritos La fritura, especialmente con aceites poco saludables o reutilizados, incrementa el contenido de grasas trans y compuestos inflamatorios. Estos dañan los vasos sanguíneos, elevan el colesterol y favorecen la aterosclerosis, comprometiendo la salud del corazón.
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